• POR ESCRIBANÍA. Se deberá dejar clarito “no tocar” al finado

Tras la presentación del proyecto de “ley Anita” que determinará la inscripción automática de los mayores de 18 años como donantes de órganos, salvo expresa constancia de su negativa, se armó todo un guarara por las redes. Anita se convirtió en emblema de la causa, fue diagnosticada con una miocarditis, falleció esperando un corazón nuevo. La pequeña estuvo 2 años en la lista de espera del Instituto Nacional de Ablación y Trasplante (INAT). Su corazón no aguantó y falleció en abril de 2013 a los 6 años.

Con la ley actual, la gente se inscribe para ser donante al cumplir los 18 años, ahora con el cambio que quieren introducir, todo finado que no haya dejado bien “clarito” por escribanía que no quiere que se le toque un pelito al pasar al más allá. Por una cuestión religiosa, muchos no quieren tocar el cuerpo de un finado, y de aprobarse esta ley nadie podrá impedir que sea un donante.

Algunos, como Nicolás González, dejaron su comentario al portal digital de Hoy, diciendo “hay que ser prácticos, quien no es donante, no puede recibir donación y punto. Tantas vueltas que dan”, he’i. Para José Antonio Velázquez Popov es importante prever que no se utilice la ley para “trata de órganos” mba’e.

La diputada Cristina Villalba, de la Comisión de Asuntos Constitucionales, anunció que en 15 días se convocará a una audiencia pública para abrir el debate sobre el tema.