El exfiscal general del Estado, Javier Díaz Verón, finalmente se entregó ayer y fue remitido a la penitenciaría de Tacumbú en horas de la tarde, donde ya guarda prisión preventiva por cuestiones de seguridad, según lo dispuso el juez Julián López. Se declaró inocente cuando fue consultado por los medios de prensa y dijo que confía en que la Justicia va a aclarar toda la sitú. Según el juez, se expone a diez años de cárcel y por eso no es posible ningún otro tipo de negociación.

“Me declaré inocente, como tiene que ser. No pedí nada. Hoy yo me someto a la Justicia porque creo en la Justicia. Vine a declarar y a someterme”, dijo Verón cuando se entregó.

Minutos antes de ser ingresado a Tacumbú también he’i que “hay gente que me quiere ver en Tacumbú, y bueno… consiguieron eso y está bien”. Además he’i que se ensañan con él y no sabe por qué, pero peleará para demostrar su inocencia.

El exfiscal es el preso número 3.582 y aunque el mencionado penal ya no puede recibir reclusos, con él hicieron una excepción por razones de seguridad. Está privado de su libertad e imputado por supuesto enriquecimiento ilícito. Su esposa, María Selva Morínigo, está ya en el Buen Pastor hace unos días por un proceso de lavado de dinero.