• FRASE. “A nadie le deseo que tenga un sapo en la panza. Es lo peor. Pensé que me iba a morir”, explicó la mitãkuña.

Doris González (21) cuenta que una noche se sintió mal. Un tremendo dolor de panza comenzó y con él, su calvario. Pasaron días, meses y la joven -quien vive en Capiatá- empeoraba cada vez más. Recorrió cuantos hospitales pudo, pero siempre recibía la misma respuesta: “no tenés nada”.

“Pero yo estaba cada vez peor. El dolor era insoportable. Ya no quería ni comer porque sentía que algo se movía y se movía en mi panza. Me desesperaba, me molestaba mucho. Me sentía muy mal”, dijo y agregó: “Fui muchísimas veces a los hospitales donde me hicieron estudios y en ellos no salía nada. Los doctores me decían que estaba sana”, contó.

“Yo como que ya sospechaba que lo mío no era algo médico, sino algo más”, agregó. Fue así que, en medio de angustia y desesperación, Doris visitó a cuantos médicos ñana le presentaban.

“Fui a Ñemby, Concepción, San Pedro, Pirayú, Caacupé, por casi todo el país recorrí en busca de que me curen. Me dijeron que me hicieron un trabajo de brujería y que por eso estaba así, pero ninguno de ellos me logró sacar lo que me pasaba. Gasté muchísimo dinero”, dijo.

Hasta que -según comentó- hace unos días fue hasta una médica naturalista de Luque y ella le hizo un trabajo de liberación. “Me llevó hasta un arroyo y allí me hizo una liberación en nombre de Dios. Me dio unos remedios para echar lo que me afectaba”, contó.

“Ya estando en mi casa comencé a vomitar, a echar todo. En esa expulsé un sapo por mi boca”, he’i. “Sé que es difícil de creer, pero a nadie le deseo que tenga un sapo en la panza. Es lo peor. Pensé que me iba a morir”, tiró.

“Me dijeron que me dieron un veneno y que con eso se formó (el sapo dentro de ella). Fue un trabajo del mal que me hicieron”, finalizó.

“Pensaba en morirme, no aguantaba el sufrimiento”

“Yo le agradezco mucho a la médica naturalista Estelvina. Ella me hizo todo el trabajo gratis porque yo ya no tenía plata”, agregó. Doris comentó que con el supuesto payé que le hicieron llegó a bajar muchísimo de peso.

“Me consumió enseguida. Yo pesaba 101 kilos y bajé 60 en poco tiempo. Yo ya pensaba en morirme nada más, no aguantaba el sufrimiento”, dijo. Comentó además que sabe quién fue el responsable de hacerle ese “trabajito” del mal.

“Sé muy bien, fue un señor muy cercano a nosotros, y consiguió lo que quiso, que es separarme de mi marido”, he’i. “Un día fuimos a la casa de ese señor y allí me dio ese veneno. El trabajo de brujería que hizo en mi contra logró que vaya hasta su casa”, he’i.

“Tuve un sapo en la panza y es lo peor que a uno le puede pasar. Gracias a Dios hoy estoy bien”, finalizó.