MODELO. Con el cuerpazo que tiene, la modelo Pamela Rodríguez ya no desfila en las fiestas y discotecas. ¡Es una pena! Eso es lo que dicen sus fans. Pero ella dice que difícilmente pueda volver a una pasarela de discoteca o fiesta y nos explica el motivo.

“Cambiaron los tiempos. Para mí desfilar era un trabajo, era mi medio de generar ingresos. Pero tuve que dejar cuando los que te contratan empezaron a ver o a considerar que para nosotras subir al escenario era un pasatiempo, una diversión y no un trabajo”, dijo.

–¿Hubo una gota que colmó el vaso?

–Sí, yo dije “hasta aquí llego, ya no, mejor me quedo en casa” cuando me ofrecieron ir a desfilar por una mesa. ¡Me ofrecieron una mesa para ir a farrear y, a cambio, ¡que me suba a desfilar! Yo no voy a trabajar por una botella de whisky. Primero, no tomo alcohol y, después, no me gusta farrear. Encima, los desfiles empiezan a las 4 de la madrugada y yo a las 5 ya me levanto para ir a caminar y después hacer mi rutina de ejercicios en el gimnasio.

–¿Por qué se perdió el respeto al trabajo de ustedes?, ¿en qué momento dejaron de querer pagarles?

–Esto pasó por las chicas nuevas que se suben a desfilar gratis, porque para ellas eso es una pantalla nomás; sus ingresos van a venir después por otro lado. Eso nos perjudicó a todas y se empezó a desvalorizar nuestro trabajo, llegando al colmo de que nos quieran hacer desfilar por una botella de whisky.

–¿Y de qué vivís ahora?

–Trabajo con marcas en mis redes, hago fotos, también hago desfiles para marcas, que son generalmente de día. Lo que ya no hago es desfilar en fiestas.

–¿Y te alcanza con lo que ganás con eso?

–La verdad que tengo que hacer magia para que me alcance, porque yo gasto mucho jajaja…

–¿Estás soltera o en pareja ahora?

–Estoy conociendo a alguien.

–¿Es de la farándula?

–No me gustan los de la farándula. No es de acá, es extranjero.

–¿De dónde?

–De lejos de Paraguay, pero hacemos lo posible para vernos de seguido. Me hace muy feliz.

–¿Cómo se llama, a qué se dedica?

–Siempre me gustó mantener mi vida privada sin dar muchos detalles. Así vivimos más felices sin que nadie nos busque la vuelta.