¡JESÚKENA! La conversación con Carlos Lezcano (52) comenzó con un simple “¿cómo estás?” Una pregunta que hizo que el don se sintiera cómodo y abriera el baúl de sus testimonios más sagrados. Con cada sorbo de tereré, la “atmósfera” de la confianza creció y la charla fluyó como agua de río, en su casa ubicada en Fernando de la Mora, Zona Sur.

Precisamente en ese sitio, don Carlos guarda historias que a más de uno dejará con los pelos de punta. Asegura que, cuando todo es silencio escucha ruidos extraños y un olor raro (que para él es agradable) que “aromatiza” el lugar.

“Llegar a la casa y escuchar sonidos y pasos de alguien que no está, o sombras que corren por los pasillos, a cualquiera le causaría miedo. Y más todavía si un olor a flores agarra todo el sitio. Eso pasa aquí cada tanto, pero a mí ya no me asusta, ya estoy acostumbrado”, confesó.

“Vivir con espíritus, almas en pena, fantasmas o como quieras llamarlos para mí es lo más normal del mundo. No niego, al principio me causó susto, pero luego me acostumbré y todo tranquilo”, agregó. “Varias veces sentí ruidos en el techo, como que rompían los tejuelones. Salí a ver y nada. Además, personas que vinieron de visita de repente me dicen ‘¿Quién pasó ahí, vi una sombra?’ Yo solo me río nomás ya porque sé de lo que se trata”, dijo.

“Aquí están mi hijo, está el cuidador, todos en algún momento sintieron una presencia extraña. En una ocasión hasta me llamó (el espíritu) por mi nombre, es algo realmente sorprendente. Yo soy fiel testigo que esto existe, pero a mí no me atemoriza, todo lo contrario”, finalizó.

“Creo que puede ser el alma de mi mamá”, he’i

Carlos comentó que todo esto extraño que vive cada tanto en su casa comenzó hace varios años y que para él es de lo más natural voi. Es más, en varias ocasiones llegó a pensar que uno de los espíritus que ronda por ahí sería de su madre.

“Yo creo que puede ser el alma de mi mamá. Aunque también en esta casa falleció en los años 80 una mujer que trabajaba aquí. Pero creo que puede ser mi madre. A veces hasta bromeo y cuando siento que está cerca mío le digo ‘adelante, pasa nomás’. Es decir, yo incluso lo tomo con gracia”, finalizó.