• Licenciada Rocío Paredes
• Psicóloga Clínica

El hombre del que me enamoré ya no es el mismo de antes, sus cambios fueron la gota que colmó el vaso a nuestra relación que poco a poco se fue enfriando. Ya no me daba los buenos días, y por las noches dejó de abrazarme, empecé a dudar de mí y pensar que habría una tercera persona.

Hace 20 años que estamos casados y puedo decir que este es el primer o al menos más difícil conflicto en mi matrimonio que pone al borde nuestra historia de amor juntos, el problema es que mi esposo es adicto al sexo. Estamos asistiendo a terapia de pareja y él está en una lucha constante, pero no logra detener sus pensamientos de deseo sexual.

Todo empezó porque él estaba siempre muy ausente, casi no teníamos relaciones sexuales y se la pasaba en el baño, intrigada de saber qué le estaba pasando al hombre con quien yo me casé decidida me puse a investigar hasta que un día revisé su celular y tenía una galería de fotos de chicas semidesnudas.

Me puse histérica, entré en shock, enseguida le pregunté por qué tenía todas esas fotografías y no supo qué decir, desde ahí empezamos a ir con un terapeuta, él aceptó que tenía un problema, y empezó con cambios y hubo un poco de mejoría en él.

Sin embargo, hace unos días se quedó dormido con el celular a un lado y una conversación quedó abierta con una chica. En los chats fantaseaban sexualmente, de tal manera que volvimos a terapia y él dice que no sabe cómo controlar su adicción.

Es una situación muy incómoda para mí, él dice amarme y amar a su hija y que quiere que estemos bien como familia, pero la confianza la he perdido y yo como esposa me siento engañada, no se de qué manera ayudarlo para que esto funcione.

Ojalá reciban mi mail y darme su mejor opinión. Llevamos 2 meses en terapia, y hasta donde sé, él no ha llegado a concretar nada físicamente con otras personas, solo es virtual.

ARMINDA, 42 AÑOS, DE SALTO DEL GUAIRÁ

LA RESPUESTA: EVALUACIÓN ES FUNDAMENTAL

Cuando no se puede controlar ese deseo y no hay límites

Aveces uno puede hasta tomar en broma el término de ser un adicto al sexo, pero cuando se trata de una necesidad obsesiva de pensar y mantener relaciones sexuales de cualquier tipo y en cualquier momento, compulsivamente es un problema para uno y también para la pareja, si se tiene.

Como en todas las dependencias, la adicción al sexo está basada en la dificultad de control y la ausencia de límites. Algunos intentan llenar un vacío, otros escapar del estrés, que puede ser válido, pero cuando esta conducta constante se intensifica hasta el punto de que el deseo sexual controla todos los aspectos de la vida y que en vez de calmar, intensifica la tensión estamos ante un trastorno.

Hay que tener en cuenta ciertos criterios para determinar que sea una adicción lo que tu pareja está teniendo, sería prudente evaluar primero, por lo general el psicodiagnóstico se hace de forma individual.

Sin embargo, algunos de los síntomas que pueden ser señales de atención en este tema incluyen un patrón repetido de fantasías sexuales, recurrir a la actividad sexual en respuesta a estados de ánimo desagradables como el estrés o la depresión. Cuando hablamos de conductas repetidas se puede mencionar el excesivo uso de pornografía, sexo consentido y el cibersexo.

Requiere de ser posible de parte del paciente una interconsulta con el psiquiatra, además de la paciencia y compresión de la pareja para realizar y no decaer en el tratamiento para modificar la conducta adictiva.

Está bien que pienses también en vos en tus expectativas que puedes exponer en la terapias de pareja, estas sesiones sirven para ajustar aquellas cosas que dentro de la relación no están funcionando como debería o para buscar herramientas que ayuden a la comunicación, que suele ser el problema principal de las parejas actualmente.

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