EX-PRESO. Estuvo encerrado más de 16 años; Ahora sigue en el penal, pero trabajando y ayudando a los presos

TESTIMONIO. “Yo estaba perdido, pero volví a nacer y ahora ayudar a los privados de su libertad me da paz”, dijo.

El portón está cerrado, pero un murmullo constante llega desde los pasillos. De tanto en tanto se escuchan algunos gritos. Es mediodía, don Francisco Samudio (43) pasea la mirada por el patio. Lo conoce rincón por rincón, mejor que nadie.

Un cálculo rápido arroja que casi la mitad de su vida lo pasó encerrado en la cárcel de Tacumbú. “A los 20 años caí preso. Fue por un robo con derivación fatal. Estuve encerrado 16 años, 8 meses y 16 días para ser exacto. Salí en libertad el 22 de setiembre del 2011”, contó. Pero sus días dentro del penal no terminaron ahí. Sigue dentro, pero esta vez para trabajar y ayudar a los presos. Es coordinador general del pabellón Libertad.

Don Samudio no se cansa de contar su testimonio a los reos y de cómo su vida cambió completamente, luego de vivir un infierno. “Siempre digo que camino al infierno encontré el cielo”, dijo. “Estando encerrado fallecieron prácticamente toda mi familia, fallecieron mis padres y mi hermano, con quien era uña y mugre. Un error que cometí por mi falta de prudencia me sacó todo eso y me duele”, confesó. “Cuando estuve preso viví momentos muy duros, intenté fugarme varias veces, pero siempre pasaba algo insólito y no lograba el objetivo. Intenté suicidarme varias veces, buscaba la muerte, pero tampoco lo lograba. Ahora entiendo que todo fue porque Dios tenía un propósito para mi vida”, dijo.

“Me estaba preparando para que yo hoy pueda entender a los internos, poder aconsejarles cuál es el camino correcto y que pueda contarles que hay un Dios bueno y misericordioso que cambió mi vida milagrosamente. Yo estaba perdido, pero volví a nacer y ahora ayudar a los privados de su libertad me da paz”, agregó.

“Estando totalmente drogado desafié a Dios”

“En la cárcel me drogaba mal. Ya no me interesaba nada. Una vez intenté suicidarme con una mezcla de pastillas, pero no logré mi propósito. En otra ocasión, tomé un litro de creolina y lejos de hacerme daño o matarme ¡me limpió todo mi interior!, imaginatena jajaja”, contó.

Contando su vida como preso, don Samudio recuerda cómo fue que su vida cambió completamente. “Un día, estando totalmente drogado le desafié a Dios. Le dije que si realmente existía que le quería conocer, que ya no quería esa vida para mí. Y Dios hizo el milagro en mi vida. Me dio señales con las cuales comprendí que me escuchó, y tomé la decisión de nacer de nuevo. Pedí perdón a todos los que hice daño”, dijo. “Ahora estoy felizmente casado y estoy a punto de recibir mi título de licenciado en Trabajo Social. A mí me ayudó mucha gente buena y eso quiero hacer con los presos”, apuntó.

“Con platos cavamos un túnel de 40 metros para fugarnos”

Don Samudio contó algunas anécdotas que vivió como preso. Una de ellas, fueron sus varios intentos fallidos para fugarse. “Una vez quise saltar la muralla que tenía cuando eso unos 3 metros de altura, cuando trepé los ladrillos se rompieron y caí al patio (ríe)”, dijo.

“Un tiempo después, con platos cavamos e hicimos un túnel de 40 metros para fugarnos. Trabajamos 5 meses, día y noche, nadie se dio cuenta. Pero nuevamente pasó algo insólito: calculamos mal y el final del túnel daba ¡dentro penal! (risas)” comentó.

“Volvimos a cavar y ahí sí pasamos el muro. En ese momento pasaba un señor que hacia caminata al costado del penal y ¡se cayó al pozo! Ahí nos pillaron. Nos bautizaron como los ‘megatopos’”, comentó. “Creo que Dios tenía un plan para mí, el cual era que siga aquí y hasta hoy en día estoy”, finalizó.