Mufa y no macana. Olimpia ganó casi todo este año en el plano local y se ganó la admiración internacional por ello. Pero… hay una cuenta pendiente hína y que esta temporada volvió a aparecer por partida doble.

El Decano y los penales no van de la mano desde aquel histórico 2002. En la obtención de la tercera Copa Libertadores, en tierras brasileñas contra el São Caetano, fue la última vez que el Franjeado festejó por esa vía en un juego oficial (ganó 4 a 2).

En esa temporada al Franjeado le fue muy bien con definiciones de ese tipo, porque en las semifinales había eliminado a Grêmio de Brasil.

Después, todas fueron derrotas. Al año siguiente cayó contra Libertad (6-5), en lo que fue la definición del Clausura de esa temporada. En el 2013, en esa recordada Copa Libertadores contra Mineiro, otra vez tropezó en la final (4-3).

Por la misma competición, el año pasado y contra Botafogo en la fase previa, una vez más no la pegó y fue derrotado (3-1).

Y quizá lo único malo de este 2018, otra vez fueron los malditos penales. En la Copa Paraguay perdió contra Trinidense (4-2) y anteayer en la final contra Guaraní (5-3).

Una maldición que hace 16 años y que la temporada que viene intentarán romperla.

A pensar en el “Rojo” esteño

En Olimpia no hay tiempo para lamentos por lo que pasó en la Copa Paraguay y la idea es terminar el campeonato Clausura de la mejor manera posible. Como campeón, tendrá que hacerse sentir en Ciudad del Este, donde chocará contra el 3 de Febrero.

Para este choque, el DT Daniel Garnero pondrá un mix mbarete, y optaría por varios de los que jugaron el torneo casero el finde último en el triunfo contra Sol de América (3-2).

El plantel volverá a entrenar en la fecha y seguramente el adiestrador curepa estará confirmando el equipo.