Por Rodrigo Valdez (rodrigo.valdez@gruponacion.com.py)

“Hola amigos de Crónica, ¿desean comprar algo qué vestir en estas fiestas que se vienen?”, nos pregunta un vendedor, quien tiene su puesto de ventas frente a la Municipalidad de Lambaré, que atiende junto a su esposa. Con el compañero nos acercamos para mirar lo que nos ofrecía.

“Me llamo Gustavo, soy hermano de Eric Astorga, ¿se acuerdan de él?”, nos dice. El ambiente pasó de una futura compra a una entrevista. Cómo no recordar ese caso. Pasaron un poco más de 22 años de aquel horrendo crimen que enlutó a la familia Astorga y dejó conmocionado a todo el país, en especial a los pobladores del barrio Kennedy de Lambaré.

Eric era el niño de 8 años quien murió de un golpe en la nuca que le propinó un vecino, y que fue encontrado sentado en la punta de un árbol de mango. “Se habló de satanismo y todo, pero no fue así. Pasó mucho tiempo, pero el recuerdo es de todos los días», nos dijo Gustavo (41), mientras nos ofrecía un rico tereré que calmaba la calurosa mañana.

“Recuerdo la imagen de mi mamá arrodillada con una Biblia en la mano debajo del mango. Lloraba desesperadamente, le dije que se tranquilice y ella me dijo ‘miralena a tu hermano’ y señalaba hacia arriba. Me quedé congelado cuando le vi a Eric en la punta de la planta de mango sentado en una silla de colectivo que fue atado por ese árbol”, contó.

“La que más sufrió fue mi madre Dalia, ella no podía perdonar y sacarse ese dolor. Sufrió veinte años, cada día, cada minuto. Ella murió hace un tiempo, y Dios, antes que parta a su presencia, le dio una oportunidad para que ella haga eso que tenía que hacer.

Y antes de irse de este mundo, mi madre llegó a perdonar al que le hizo esto a Eric. Supo perdonar en general todo y se fue en paz, ese era el consuelo que tenía de volver a encontrarse en el cielo con Eric”, finalizó.

“A veces sueño que mi madre y Eric están juntos en el cielo”

“Mi madre hablaba con Eric todos los días. No quería perdonar y si te ponés en su lugar, cuesta hacerlo por todo lo que pasó, pero Dios le dio la oportunidad de que perdone antes de irse a su presencia, para que pueda encontrarse con Eric en el cielo, y sé que es así”, dijo Gustavo.

“A veces sueño que mi madre y Eric están juntos en el cielo, y sé que eso se dio”, confesó. “Se dice que cuando llega la Navidad y fin de año se recuerda más a los seres queridos que ya no están con uno, pero yo te digo que yo recuerdo a Eric y a mi mamá todos los días, lo que me tiene calmo es que sé que ella está con Eric allá arriba, porque ella supo perdonar todo antes de partir”, finalizó.

Quedó detenido reiete como sospechoso del crimen ra’e

“El hombre que le hizo esto a Eric había fallecido hace unos años. Unas cuantas veces me crucé con su hermano y le saludé tranquilamente. A mí me costó al principio todo, perdonar cuesta, pero hay que hacerlo, es lo que Dios quiere”, dijo. Gustavo contó que ese día que encontraron muerto a Eric en la punta del árbol, él quedó detenido como sospechoso.

“No lo podía creer, desde el calabozo escuchaba por la tele ‘Eric fue asesinado por su hermano’. Recuerdo que me dieron permiso para ir al entierro de mi hermano y en la iglesia. El pa’i decía ‘se repite la historia de Caín y Abel’. No sé como aguanté todo. Solo Dios me dio la fortaleza necesaria. Hasta que se aclaró lo que pasó y quedé libre”, finalizó.