• Licenciada Rocío Paredes
• Psicóloga Clínica

Mi amor es correspondido, estamos juntos hace un año y medio, solo que creo que soy muy inmadura, demasiado diría.

Mi pareja tiene 37, unos 17 años más que yo, pero lo amo, es mi adoración, vivimos juntos y nos llevamos relativamente bien. Nuestro problema es más que celos y a veces -según él- soy argel y dice que odia eso de mí. Cuando me habla así yo comienzo a sentirme mal, lloro, me pone triste solo el pensar que me puede dejar, me entra un miedo inexplicable.

Últimamente estoy muy triste, lloro apenas salgo del trabajo. Él viaja mucho, un mes dejó de viajar y esta semana ya viajó de vuelta, cada viaje para mí es una eternidad, lo extraño mucho. Y él muy poco me llama cuando viaja y eso siempre me pone mal porque siento como que ya no le importo.

Mi pareja tiene un negocio que requiere viajes largos y llevaba un maletín de dinero a la casa y jamás se le perdió nada o nunca reclamó nada porque a veces usaba de él.

Y en esos días tenía un negocio que cerrar, muy importante, y se le perdió 100 dólares, una suma un poco miserable pero se le perdió y me culpó. Pero igual estamos juntos en la casa, como si no pasó nada, no hablamos, pero él está frío, serio y cosas así.

Su ex mujer hasta hace poco lo seguía molestando y siempre me decía que él iba a volver con ella, que él no me quiere a mí en realidad. Ellos nunca se casaron, pero llegaron a tener un hijo que murió, ya no existe, pero ella lo chantajeaba como si existiera el bebé.

La verdad que hasta ahora no superó esa pérdida y me hace la vida imposible a mí, porque estoy ocupando su lugar.

JAZMÍN, DE SAJONIA, 20 AÑOS.

LA RESPUESTA: APEGO EMOCIONAL CERO

Que tu alegría dependa solo de vos misma

Creo que tenés que empezar trabajando esa autoestima, buscar con una lupa imaginaria dentro tuyo aquellas cosas que son positivas y sacarlas afuera.

Como toda persona, sos valiosa y capaz de llegar hasta donde tus sueños te permitan y superar esa inseguridad. Si te dejas vencer por esos complejos de inferioridad, suele pasar que buscás depender de otros y no vivís tu vida completamente.

Es decir, buscás a alguien que te cuide y tome las decisiones por vos y pasás el tiempo valioso sin responsabilidades. Al sufrir de ese apego excesivo, te perdés de disfrutar de las relaciones de pareja, amistades, compañeros, familia y personas del entorno, porque tu alegría depende de cómo te traten los demás y de lo que piensan de vos.

Si te aceptan, todo bien, pero sino, caés en un bajón anímico que no tiene fin, es importante descubrir y ver qué tan adictiva es esa dependencia emotiva. Te aconsejo acercarte a consultar para ayudarte a tomar conscientemente tus propias decisiones y asumas realmente el control de tu vida.