Un nuevo y terrorífico caso de feminicidio sacude a la prensa argentina, como así también al Paraguay, ya que los protagonistas de esta macabra historia son compatriotas.

De acuerdo a los datos que se dieron a conocer en el país hermano, la tragedia comenzó a desatarse el pasado 18 de enero.

La pareja se encontraba en su residencia de la ciudad de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, cuando de la nada una discusión fue más allá de los límites del raciocinio.

En ese momento, de acuerdo a la versión que maneja la Policía Federal Argentina, Isidoro Brizuela (26) sacó un líquido inflamable que tenía, presumiblemente nafta, y comenzó a rociarle a su pareja, Juana Carolina Brítez Rojas (34), ambos de nacionalidad paraguaya.

Una chispa siguió a esa decisión y rápidamente los dos se convirtieron en una sola bola de fuego. Isidoro murió ese mismo día, con más del 75 por ciento del cuerpo totalmente consumido por las llamas. Juana peleó y llegó con vida al hospital.

Ella tenía el 30 por ciento del cuerpo quemado, pero su situación era crítica porque las vías respiratorias se vieron seriamente afectadas por el incidente.

Finalmente, luego de luchar por casi dos semanas, ayer se dio a conocer la noticia sobre su fallecimiento, debido a las complicaciones propias de una situación tan dramática como la que le tocó vivir.

Tenía 5 meses de gestación y el bebé que esperaba aún vivía

Al momento en el cual la mujer fue ingresada en el nosocomio a la cual la auxiliaron, el bebé en estado de gestación mostraba signos positivos de aún estar con vida.

De hecho, en los estudios que se le hicieron esta semana, su corazón aún latía, aunque ya no con tanta fuerza como una especie de reflejo de la situación por la que estaba pasando la madre.

Desgraciadamente, el desenlace fatal que tuvo su progenitora hizo que la criatura corra la misma suerte. Diego Brítez Rojas, el hermano de la víctima, aseguró a la prensa que “se trató de un feminicidio” y relató que “según los vecinos, él decía desde hacía días que la iba a matar y se iba a prender fuego”.

Nadie esperaba que fuera a cumplir con semejante amenaza justamente por el estado de gravidez en el cual se encontraba su pareja. Lastimosamente terminó cumpliendo.