(por Blas Cuenca blas.cuencas@gruponacion.com.py)

Desde que nació, la vida le puso miles de pruebas. Nada fue fácil para Blas Morínigo (23), quien a diario sale a la calle a trabajar como vendedor de frutas, bingos, caramelos o lo que sea, que los ofrece en las unidades de transporte público.

Su estatura no le impide encarar lo duro de trabajar en las calles. Además, contó que lleva el arte “en las venas”, porque desde hace tiempo creó un personaje en donde realiza la animación de fiestas infantiles como “El payaso Pituco”.

Y como si todo fuera poco, es bombero. Son las tantas cosas que hace para llevar el pan a la casa en donde le espera su pareja, junto a niños, que son su motor diario para “batallar”.

“Hago de todo. No le tengo miedo al trabajo, pues mediante eso llevo el pan a la casa”. Así se presenta Blas para dejar en claro que la lucha la lleva en la sangre. “Mi vida no es fácil. Todos los días sufro toda clase de discriminación cuando subo a los buses. Algunas veces me caí y me golpeé al bajar de ellos, pero la necesidad hizo que me levantara de nuevo”, he’i.

Reconoce que “es muy difícil para una persona como yo el poder obtener un trabajo estable”. Su sueño lo tiene claro, y lo deja saber con voz de deseo… “Ojalá consiga un gran trabajo para sacar adelante a mi familia”.

A pesar de los golpes, las caídas y todo lo que debió pasar, no se rinde. Sigue para adelante. “La gente piensa que porque soy enano no soy capaz de hacer un buen trabajo, pero soy una persona honesta y trabajadora que lo único que busca es superarse día a día. Uno siempre debe luchar por sus sueños”, finalizó.

En la escuela no la pasó bien

El pasado no fue fácil. De chico debió superar momentos amargos. Recuerda, “yo pasé momentos complicados en época de la escuela. En el colegio también. Pero pude culminar mis estudios secundarios y me hice de buenos amigos”.

Eso le dio fuerzas y lo llevó a pelear por más. “Pude cumplir uno de mis sueños. Ingresé a la Academia de Bomberos de Fernando de la Mora en donde hice el curso de aspirante. Después de un año de duro entrenamiento, me recibí con mis compañeros como Bombero Combatiente”.

Como si todo fuera poco, es “striper”

El joven cuenta que entre su facetas también le tocó ir a trabajar como “striper” en despedidas de solteras. “Le suelo acompañar a otro bailarín y así hacemos el show. Yo le pongo el humor al momento”, cuenta entre risas.