Hace mucho no se le veía tan impreciso a Olimpia. Y más por mérito de Sol de América, que hizo un partidazo y quizá pudo llevarse otro resultado al final del partido. Pero así es este deporte y contra el campeón no podés dormirte.

La primera parte fue muy trabada y peleada. No había espacios casi, los jugadores de Sol redoblaron energías para no dejar jugar a los talentosos franjeados y apostaban constantemente a la contra, con el imparable Martín Giménez como principal carta.

El Decano tuvo chances, a pesar que el rival lo incomodó en todo momento. Cuando Mendieta, Roque o Silva se conectaban había sensaciones importantes de gol.

El Danzarín tuvo también lo suyo frente al arco rival en ese primer tiempo, pero Aguilar una vez más fue el que impidió la caída.

Con la expulsión del defensor Villalba, uno pensaba que el Decano le iba a pasar por encima al equipo azul. Pero no fue tanto así y recién a poco del final encontró el premio con la pelota parada. Centro de Camacho, cabezazo de Roque (que desvía Escobar) y que habilita a Arias, el central atropelló y metió el frentazo para el único tanto.

¡Desahogo! Con mucho sufrimiento, el Decano volvió a sumar de a tres y se mete en la parte de arriba.

“El arco no se me abre y no puedo ayudar al equipo”, le bajó

En Sol de América quedaron con rabia después del partido, especialmente porque en la primera parte tuvieron chances claritas de gol. Uno de los puntos altos fue Martín Giménez, el curepa que con su velocidad volvió locos a los defensores franjeados.

“Estoy enojado conmigo mismo porque el arco no se me abre y no puedo ayudar al equipo. Dejamos todo ante un gran rival y se nos va injustamente el partido, pero hay que seguir trabajando”, le bajó el velocista atacante de Sol.

El conjunto de Éver Almeida quedó con diez al comenzar el segundo tiempo, lo que desniveló el trámite.