• Licenciada Rocío Paredes
• Psicóloga Clínica

Cada vez que discutimos él me saca en cara mis errores, nos llevamos a las patadas, pero siempre nos arreglamos, él se iba y volvía a la casa.

Tenía actitudes que a mí me hacían pensar y dudar de su fidelidad, pero él resultaba enfadándose y al final che jey la culpable, cuando por dentro sabía que por su orgullo él nunca iba a admitir su parte de la culpa.

Nunca lo engañé y él dice que tampoco a mí, al menos nunca le pillé nada y eso que a mí no se me pasa detalle de nada.

Cuando discutimos por algún planteo mío, todo termina muy mal, a veces comenzamos hablando de algo que me molesta y él termina molesto y enojado, al punto de no hablarme por días.

La última vez por un error suyo y un plagueo mío me pidió que me fuera de la casa, intentamos resolverlo y aún las discusiones siguen de vez en cuando.

Yo no le entiendo, ni él a mí, siento que si le digo las cosas él se va a enojar y la culpable siempre seré yo, pero creo que si me quedo callada, él va a pensar que sus tratos conmigo están bien y va a seguir empeorando.

Intenté hacer como él y dejar esta relación, pero no me animo, no imagino mi vida y mis proyectos sin él, pero ante una discusión siento un abismo cada vez más negro del que no puedo salir, porque siento que aunque le explique todo mil veces, yo siempre voy a ser la equivocada, la que está mal, la que no entiende y él siempre será el ofendido.

Dice que quiere una vida conmigo, pero que se la replantea cuando peleamos. No entiendo cómo hacer para que me entienda, para que me escuche también cuando estoy molesta sin que se enoje y se cierre porque eso me molesta a mí y después quedo sin entender nada. No sé qué hacer. MILAGROS, DE ITAUGUÁ, 29 AÑOS.

LA RESPUESTA: ENFRENTAR LOS PROBLEMAS

Señales de alarma que no pueden pasar de largo

Toda relación se construye sobre la base de confianza, comunicación, respeto, amor, son los condimentos esenciales, está claro que tal y como están las cosas con manipulaciones, maltratos, no llevan una relación sana, así no pueden construir nada.

Aparentemente existe una dependencia emocional de ambas partes, algo que deberías trabajar en un proceso psicoterapéutico. Se puede dejar la dependencia emocional siempre y cuando se tome la decisión de querer hacerlo, requiere voluntad y esfuerzo.

Algunas personas sienten como vergüenza de acudir a una consulta psicológica porque creen equivocadamente que es algo “malo” ir al psicólogo porque dicen “yo no estoy loca”.

Lo que no saben es que en la mayoría de los casos no se trata de un trastorno, sino a veces son problemas de autoestima. El primer paso es reconocer que hay un problema aunque a veces queremos hacernos la “ciega, sorda, muda” para salvar la situación, hay señales de alarma que no pueden pasar de largo.

Suele invadir el miedo a perder a esa o esas personas que tanto ama o aprecia y eso a su vez le impide disfrutar de las relaciones.

La persona cae fácilmente en los chantajes emocionales, ya que no soporta que por su culpa alguien sufra. Sacrifica su felicidad para dársela a otros.