La historia de amor de doña Cayetana Román (96) y su difunto esposo Anacleto Escobar (102) traspasó fronteras y habrá quedado en la memoria de más de uno. Esa foto, donde ese par de tortolitos no podía ocultar su alegría tras haber recibido una casa propia de regalo, enterneció al rollete.

Como los años no vienen solos, lamentablemente la vida de don Anacleto se apagó un tiempo después.

Esto fue un golpe muy duro para el corazón de doña Cayetana, quien hasta hoy día suspira de amor al recordarlo.

Por eso, el Día de los Enamorados que es hoy no pasará desapercibido y ella celebrará por aquel amor que duró muchos años, pero lo más importante es que fue verdadero y genuino.

Su nieta Olga, quien dice ser la hija de corazón del par de abuelitos (se crió con ellos), comentó que su abuela se prepara para comer una rica torta y también manifestó su deseo de comer pollo al espiedo y avei he’i que brindará por su amor.

“Ellos siempre festejaban así el Día de los Enamorados, a mi papá (su abuelo Anacleto) lo que le gustaba mucho la torta entonces compraban para comer eso y pollo al espiedo”, dijo en comunicación con Crónica la nieta.

La abuela quedó a cargo de uno de sus hijos allá en su ciudad de Pilar y su nieta Olga va cada mes a visitarla desde Asunción.

“El amor permanece, ellos se amaban sinceramente, era grande su amor porque desde jovencita que está con él. Con cada detalle le recuerda”, expresó.

La foto que recorrió el mundo de cuando recibieron su casa

La fotografía donde se ve la felicidad de doña Cayetana y don Anacleto recorrió varios países llegando incluso a Estados Unidos. La tierna imagen tuvo también en su momento varios me gusta y millones compartieron.

Fue en enero del 2015 cuando la Gobernación de Ñeembucú al ver que vivían en una situación bastante precaria decidieron construirles una casa y fue el regalo de cumpleaños de don Anacleto cuando llegó a los 100 años. José Anacleto Escobar fue un chacoré.