¿Cómo identificar a un paraguayo en cualquier lugar del mundo? Siempre va acompañado de un termo de tereré, una guampa y una bombilla ¡a todas partes!

Ningún rincón del planeta es visitado por un paraguayo sin su tereré, la bebida ancestral que nos identifica y que siempre se defiende como ñanemba’e teete. Pero lo que casi nadie maneja es la historia congelada que se hundió dentro del termo y que todo toman sin saber.

Había sido que el “tefri” como muchos lo llaman ahora, pasó por muchísimas persecuciones antes de ser instaurada como la bebida oficial del país.

Según investigaciones de la historiadora Margarita Miró Ibars, para la Secretaría de la Cultura, al principio, allá por 1636, los jesuitas afirmaron que el uso de yerba mate para el tereré era ra’e algo instruido por el “demoño” a los nativos guaraníes, y usarla era un modo de hacer luego un pacto con “sataná” ndaje.

En la investigación de la Secretaría, denominada “La yerba mate en la cultura guaraní y el origen del tereré”, también cuentan que de tanto que los jesuitas veían como raro el uso de la yerba, hicieron una carta dirigida al Tribunal de la Inquisición en Lima, en la que consignaron a la yerba como “una superstición diabólica que acarrea muchos males”.

Pero un tiempo después, el padre Pedro Montenegro, que era naturalista, descubrió las bondades de la yerba y la consideró como un “santo remedio”, porque tomándose con agua fría, como lo hacían los indios, podía paliar las altas temperaturas de la tierra, cosa que ellos no combatían con el vino.

Así, con el cambio de mentalidad, los propios jesuitas monopolizaron la yerba en las primeras décadas del siglo XVIII y hasta cambiaron la historia diciendo que fue Santo Tomé quien enseñó a los indios las propiedades de la planta. ¡Chan!

Eligio Ayala mandó ka’a a Europa ndaje

En el artículo “La yerba mate en la cultura guaraní y el origen del tereré”, de la historiadora Margarita Miró Ibars, se cuenta que en tiempos de Eligio Ayala, quien asumió akue la Presidencia de la República en 1924, se intentó imponer el consumo de la yerba mate a nivel mundial.

Ayala mandó voi vichear la yerba en distintos países como Gran Bretaña, Norteamérica, Alemania, Suiza, Italia y otros más, cuyo resultado mostró que la yerba mate producida en Paraguay era superior en calidad y sabor.

En su época, Ayala intentó fomentar el consumo de la yerba en la sociedad de élite del Paraguay, porque la consideraban una bebida de pobres, en especial el cocido.

La venta de yerba generaba muy buenas ganancias ndaje

La yerba mate es originaria de nuestro territorio. La producción que se tenía en la época colonial favorecía con ganancias e impuestos a la metrópolis.

Justamente, los jesuitas tenían mucha ventaja porque nadie les prohibía, no pagaban impuestos y entonces ellos aprovechaban las ganancias de lo que producían en un 100%.

“El tereré es una bebida típica del Paraguay en el Archivo Nacional, o en el libro de Efraín Cardozo -‘El Paraguay Cultural’- no se le dice propiamente tereré, es una bebida fría que se toma por el clima que nosotros tenemos.

Los ingleses que venían al país, por ejemplo, decían que la yerba era adictiva”, omombe’u a Crónica la historiadora Noelia Quintana.

Su producción ayudó a darle más fuerza al Paraguay ra’e

El sociólogo Julio de Torres he’i que según artículos escritos por Milda Rivarola, que hablan de la producción yerbatera, en su momento ayudó a configurar gran parte de la estructura social y rural del Paraguay, ya que le inventaron luego todo un sistema de encomiendas y toda una industria que movía la estructura social del país.

“El tereré es un patrimonio inmaterial que debe ser salvaguardado ya que nos identifica como parte de nuestra cultura primigenia. Cada forma de prepararlo, cada sorbo, cebarlo, es un lenguaje que nos permite hablar de nosotros mismos”, he’i el capo.