Siempre que se habla de mujeres fuertes, valientes y guerreras se habla de las paraguayas, aquellas que hasta pelearon por la Patria en la Guerra Guasu, y que después se encargaron de labrar la tierra y reconstruir el país, las mismas que daron grabadas para siempre por su patriotistmo en el famoso “Libro de oro”.

Pero la batalla de las valientes mujeres “de oro” no terminó ahí, se trasladó hasta nuestros días.

Solo que hoy en día el campo de acción es diferente, y las armas son otras.

Sin embargo, el objetivo es el mismo: todas buscan lo mismo: la igualdad social. Cada día en la calle hay una heroína que lucha por sus sueños, por sus hijos, por su familia.

Una de ellas es la señora Beatriz Alderete que se dedica a vender ropas, los sábados y domingos hace como una especie de feria’i en la plaza que está frente a la parada de taxi número 58, de San Lorenzo.

La doña re-guapa tiene 49 años y desde hace cuatro se dedica a las ventas, con eso ayuda a su hija en los gastos de sus estudios. Su princesa tiene 21 años y estudia Comunicación Audiovisual.

Le consultamos qué piensa sobre la igualdad, y cómo se siente ella al respecto, asegurando que “las mujeres no tenemos por qué sentirnos limitadas. Entre el hombre y la mujer hay que ayudarse y es importante que se nos dé protagonismo”.

La doña contó avei que con su marido ellos se ayudan todito en las cosas de la casa, que cada uno hace las tareas si el otro no puede.

Blanca Fernández, una ama de casa, he’i que está bien que las mujeres ahora tengan más espacios laborales, que puedan conseguir más cargos y que ganen igual que un hombre.

“A mí me gusta más esta época que la mía, porque hay más libertad”, omombe’u.

Independientemente de cual es el campo en el cual estas gloriosas mujeres batallan, día a día, el merecido homenaje va para todas y cada una de ellas.

Quiere que algunas cosas sigan siendo como antes ndaje

Así como algunas defienden el “hoy”, está el otro lado de la moneda. Juana Cabrera he’i que ella prefiere que algunas cosas sigan siendo como antes. “Yo a veces no quiero hombres en mi cocina, por ejemplo, pero sí quiero que respeten a las chicas”, contó.

Avei he’i que las mujeres son mejores administradoras del dinero, “si el hombre va a trabajar que la mujer administre la plata”, he’i la señora que hace 10 años se dedica la lavandería en la Ciudad Universitaria y que hasta hoy día sigue trabajando para sus hijos.

La primera asamblea de mujeres

Un día como hoy, pero de 1867, se realizaba en Asunción la primera asamblea de mujeres en América.

En esa reunión, las guapas señoras se juntaron y decidieron ayudar a los hombres en la causa nacional de defensa de la Patria, ya que la Guerra de la Triple Alianza estaba en pleno desarrollo.

Las damas donaron sus joyas de oro y plata y las pertenencias más valiosas que poseían, debido a que estas servirían para aumentar los elementos de defensa del país.

Ese noble acto quedó asentado en lo que se conoce como el “Libro de Oro”. Para conmemorar ese pasaje histórico, el 6 de diciembre de 1974 se promulga por ley que el 24 de febrero sea el Día de la Mujer Paraguaya.