En la década de los 90, el Ciclón tuvo un equipazo, en el que sobresalió Ceferino Villagra (50 años), zurdo, picante, atrevido y con gol.

El ex jugador azulgrana charló con Crónica sobre la actualidad del club de sus amores, destacó que “Cerro no pasa un buen momento, hay que ser sinceros” y dijo que “a este equipo le falta mucho para poder consolidarse. Hay jugadores que juegan netamente por lo económico nomás, antes era más pasional”.

Ceferino entrena a una escuela de fútbol en la actualidad, pero sigue mucho los partidos del Ciclón. “Veo mucho fútbol, es lo que me apasiona, pero hace tiempo que no voy a la cancha.

No conozco aún ‘La Nueva Olla’, con eso ya te digo todo. Soy de perfil bajo nomás, no soy luego de querer salir en público”.

“Tahýi” o “Ardillita”, como también lo llaman, dijo sobre el equipo de Fernando Jubero que uno de los problemas es que “a Cerro vienen jugadores parados, esos que hace mucho tiempo no vienen jugando.

Tenemos que esperarlos 4 a 6 meses para que jueguen. Yo no sé si son muy baratos o qué lo que pasa, esto no es solo de ahora, vienen por puro nombre y al final no aportan gran cosa.

Antes los que estábamos en el club jugábamos porque sentíamos amor por la camiseta, porque daba gusto jugar a estadio lleno. Los de ahora no se motivan más por eso parece”, ombokapu.

“Se generan ocasiones de gol, pero no pueden definir”

Otro pelotero que supo coronarse con el Ciclón en la década de los 90 es Eumelio “Patoruzú” Palacios, quien también se refirió hacia el Azulgrana. Dijo que “a los delanteros de Cerro les está faltando tranquilidad.

El equipo genera muchas ocasiones de gol, pero no pueden meter. Algo les pasa y eso el DT debe reflexionar con ellos. San Lorenzo será un rival ñarõ, está jugando bien y tiene jugadores que tienen hambre de sobresalir, de ganar algo.

Cerro la tendrá difícil hoy, será un partidazo”, le bajó el actual DT de la Reserva de Rubio Ñu.

“Si perdía un clásico, yo no salía de casa”

En medio de su nostalgia, Villagra se acordó de los superclásicos y dijo que “jugar un clásico era sensacional, nemopirîmba entrar a la cancha y ver a tanta gente.

Ese colorido y el ruido es impresionante. No podíamos perder contra Olimpia, teníamos prohibido. Si perdía un clásico yo no salía de casa, no soportaba que me estuvieran cargando”, recalcó.