– “Holaaa, ¿cómo te llamas?, – Exaltación De La Cruz, – ¿En serio? Jajajaja. – Hola yo me llamo Lluvia de Oro. – Emmm, ¿pero tu nombre real me podés decir? – Buenas, mi nombre es Optimus Prayn, – ¿El de la película?”. ¿Quién no escuchó alguna vez algún nombre rarófilo y no reaccionó así? Y es que ayer el Registro Civil sacó una lista de nombres atípicos y uno en especial fue el tema de conversación del rollete, ya que -aparte de ser rarófilo-es un nombre insólito.

“¡Por fin Bienvenido Carajo!”, así le nombró don Pedro Nicolás Rappetti a su primer hijo varón. El rollo se preguntó en las redes ¿qué lo que pasó por la cabeza del tipo para ponerle ese nombre a su hijo? Pero, fíjense que hay una historia detrás de todo.

Aunque la historia ya se había dado a conocer hace muchos años, hay quienes aún no la conocen y se quedaron con la feroz duda de por qué le pusieron ese nombre al “pobre inocente”(en ese entonces).

Y según relató en su momento en una entrevista a un canal televisivo, su hijo Luis Rappetti, su abuelo llevaba años intentando tener el hijo varón, tanto así que llegó a tener 14 hijas, siete con su esposa y otras siete con su amante, según la entrevista que hizo Paravisión.

“En esa época, en la casa que hasta hoy día está sobre Estados Unidos se levanta y le llama a toda la manada. Le levanta (a su bebé) y dice ‘este se va a llamar Por Fin Bienvenido Carajo Rappetti”, contó.

Al parecer, no solo su padre tuvo un nombre tan insólito. Un par de tías también. “Una de las tías se llamaba Paciencia Contra el Destino… Se cambió el nombre, después ella por Elvira. Después otra se llamó Seguiremos Insistiendo y también cambió el nombre, pues se llamó Chula después”, finalizó.

Hay que pensar bien el nombre

El dire del Registro Civil, Luis Esquivel, instó a los padres a pensar muy bien qué nombre les quieren poner a sus retoñitos. El tema es que demasiado bullying pues hay por ahora he’i y en todo eso hay que pensar.

Comentó además que a pesar de que ya existe una ley que prohíbe ponerles a los retoños nombres ridículos, hay una minoría de padres que todavía hacen problema por eso.

“Muchas veces si es que no tenés un acuerdo con los padres, si le decís que no, se plantan y te dicen que no le van inscribir a su hijo. Y ahí tenés que sopesar entre que no le inscriban o le inscriban. Hay que priorizar el darle una identidad”, contó.

Dijo además que el tema de la ley es muy ambiguo en ese sentido, muy subjetivo y están haciendo capacitaciones al respecto.

“En el colegio me decían Afrodita”

Afrodys Colmán, así se llama un caazapeño con quien Crónica logró contactar, sobre este tema de los nombres raros. Explicó que sus padres decidieron ponerle ese nombre porque un conocido así se llamaba y le gustó mucho más que nada a su mamá ra’e.

“En la escuela y los primeros años del colegio me decían Alfrodita. Pero por ahora nadie me dice nada. Si me preguntan cómo me llamo, digo, y como es raro me vuelven a preguntar: ¿Alfredo? Y digo Alfrodys y medio me miran con cara de dónde salió tu nombre”, relató a nuestro medio.

Comentó que si le llegan a “tentar” por su nombre, toma con buena onda, pero nunca le tocó gente que ya pesadee demasiado con eso, he’i.

“Afortunadamente a mí siempre me gustó mi nombre”, siguió. Afrodys es licenciado en enfermería y labura en la Sexta Región Sanitaria. Ahora mismo está avei terminando otra carrera.