Dicen que después de las separaciones, siempre hay una alta probabilidad de reconciliación cuando se supera el escollo llamado orgullo. Cuando hubo una infidelidad de mujer, la cosa es más complicada, el hombre no perdona fácilmente.

Sin embargo, cuando los cuernos sucedieron al revés, solo falta que el hombre haga un poco de esfuerzo para que la mujer le perdone.

Sí, puede parecer un concepto extremadamente machista, pero es el resultado de estudios científicos sobre el comportamiento de parejas separadas.

Ruth Alcaraz, siguiendo esa línea de comportamiento, ese fin de semana se dejó impresionar por el gesto de su aún marido, el poli Daniel Mendoza, quien la buscó y ante la imposibilidad de entrar en la casa, porque ella le había bloqueado en todo, hasta en las cerraduras, trepó el portón y llegó, para de rodillas, suplicarle que le abra su corazón y que le regale un abrazo.

¡Con lágrimas en los ojos ndaje, Ruth se rindió ante semejante acto de amor! Y el fin de semana ya estuvieron otra vez a los mimos, besos, ere eréa.

LAS RAZONES DE RUTH

“Estaba convencida de que ninguna mujer en la vida merece un engaño o que la falten el respeto”, empezó explicando Ruth, ya que la separación se dio porque a ella le llegaron chismes de que el poli andaba cabezudeando con otras en el Alto Paraná, donde presta servicios.

“Le puse candados a mi corazón, cambié el código de mi portón y, de pronto, la distancia ya era agónica y desesperante para ambos”, dijo explicando un poco que el amor era más fuerte.

Sin embargo, dejó en claro que el motivo principal también, analizando bien la situación y las causas que desencadenaron en la separación, es que ella no tuvo ninguna prueba de que él le haya estado metiendo los cuernos.

“Solo puedo decir que demasiada gente mala se alegró por algo que nunca me demostraron y yo creí, sin escucharle nunca a mi corazón, mi corazón en el fondo siempre me decía que la verdad tarde o temprano sale a luz”, dijo.

Para Ruth, ante la falta de pruebas, lo que vale es lo que le dice su corazón, que ama al hombre que le regaló una bella criatura.

“No entiendo cómo existen personas que quieren hacer daño y encima les causa placer, no les puedo explicar todos los mensajes dañinos que me escribían, y por otro lado a él. En serio, nadie tiene derecho a meterse en la vida de nadie, y menos cuando hay una familia de por medio”, dijo.

EN LOS MEDIOS

Durante la separación, ambos se enojaron, y mediatizaron la situación con publicaciones en sus redes. Ella, entre varias acusaciones, contó que le chismosearon que una boxeadora dijo que su marido le escribía.

“Le regalo si es así”, había dicho. Él también hizo su descargo y dijo que él no perdió a nadie, sino que le perdieron. “Yo no hablaré mal de nadie, una mujer formidable con todas las letras. Solo diré que yo no perdí a nadie, me perdieron y mi mejor almohada es mi conciencia. Estoy viejo para esto”.