• Por Belén Vázquez

Jovial, alegre y con una energía increíble que transmite con cada gesto. Es lo que uno siente al estar cerca de ella, Filomena Carmen Lorenza Ciancio, una abuela que con sus 73 años le hace 6 a 0 a la muchachada que se queda “durmiendo”, mientras ella aprovecha sus horas para salir a correr y demostrar que no hay obstáculos para poder seguir a pesar de la edad.

“A mí nada me detiene, me gusta estar en movimiento, no me puedo quedar, me encanta lo que hago”, dijo doña Filomena con una enorme sonrisa que se dibuja en su rostro.

Mientras nos hablaba movía las manos de lado a lado, se acomodaba en el sofá y cruzaba las piernas. Filomena contó que su gusto por las corridas ya lo tenía desde hace tiempo, solo que no se animaba por la edad que tenía.

Pero grande fue la sorpresa que se llevó cuando una amiga la inscribió hace como 4 años en una de las tantas carreras que siempre hay, y desde ese día los championes de Filomena siempre están prestos y no se pierde ninguna corrida.

“Yo les veía a todos desde mi casa (a otros corredores), les alentaba, les decía que tenga mucha fuerza. Y ahora yo soy una más del monto y cuando camino les doy fuerza, pero les digo que no hablen mucho porque así no van a tener mucho aire”, he’i ña Filo, resaltando que cuando hay corrida, a las 4:30 ya empieza a calentar motores, alimentándose y tomando suero para no deshidratarse.

Mientras colocaba bien sus lentes de sol que tenía sobre su cabeza, contó que todos los días hace caminata por toda la zona del barrio Ciudad Nueva, de Asunción, donde vive, a pasos del centro capitalino.

“Camino todos los días, salgo de acá (sobre calle Brasil) y voy hasta San Martín, ida y vuelta, así me ejercito, es la única manera de poder seguir en línea. Calculamos que son unos 5 a 8 kilómetros diario”, dijo la corredora, en medio de risas que revelan su espíritu joven y alegre.

Ña Filo es jubilada hace rato, pero aun así no se queda

Entre sus miles de anécdotas, doña Filo resaltó que es jubilada del Ministerio de Salud, lugar donde hasta ahora suele ir, ya que durante varios años trabajó en el lugar como secretaria.

Contó que durante mucho tiempo luchó para su nombramiento y que en el gobierno de González Macchi fue nombrada por el hombre a quien ella considera un “churrazo” en su tiempo de juventud.

“Yo me acuerdo de él muy bien porque éramos compañeros de baile en el Sajonia, era un lindo muchacho y tenía cabello (risas)”, terminó diciendo la abuelita Filomena.