Primero fue Luqueño. Después Guaraní. Y al final, ninguno. Tanto el Cacique, que parecía estaba para la paliza, como el Kure, que dio la sensación de “perdonar”, animaron un partidazo en el que sellaron un 2-2 cargado de emociones.

Saliendo a ver “qué onda”, el Auriazul pegó el primer golpe, gracias a Arévalos, y se posicionó en el campo controlando al local. Pero las que tuvo para aumentar las dejó pasar y permitió crecer al rival, que “agradeció” el gesto.

En un arranque a toda máquina del complemento, el oportunismo de “Orti” y el “peso” de Cabral, que de cabeza sentenció, dieron vuelta el partido. Parecía que se venía el tercero y hasta algo más, pero… no lo supieron liquidar.

El Auriazul “revivió” en el tramo final, se fue con todo arriba y empató con un misilazo de Salinas. Es más, hasta lo pudo ganar o incluso perder, porque las contras del Cacique tenían “olor” a gol.

Al final, terminaron animando un partidazo, donde los dos festejaron, pero se durmieron y lo dejaron pasar.

“Un empate que nos dejó un sabor amargo”, he’i “Orli”

Orlando Gaona Lugo, uno de los responsables de un arranque a 200 por hora en el segundo tiempo, al final del encuentro valoró lo que fue el punto que se ganó ante el Kure, pero he’i que no es lo que querían.

“Lo supimos dar vuelta en el comienzo del segundo tiempo, pero después nos costó y al final terminamos con un empate que nos dejó un sabor amargo. De todos modos enfrente tuvimos a un gran equipo como lo es Luqueño”, he’i el pelotero.

Del porqué se dio esto le bajó que “por ahí le respetamos mucho al rival en el momento en el que nos pusimos arriba, pero Luqueño lo fue a buscar”.