El prófugo de la justicia argentina se encontraba oculto en la casa de su abuela en Encarnación, casi dos meses después, se entregó.

Luego de varias noches sin poder dormir, en donde miles de preguntas rondaban la mente de la señora María Lucía Ayala, madre de Liliana González, la mujer que el pasado 17 de marzo fue hallada descuartizada. Los vecinos habían denunciado a los agentes que un fuerte olor provenía del interior de la vivienda número 218, de la calle 13, en la Villa 31, ubicada en el barrio porteño de Retiro. El principal sospechoso del crimen es su pareja, Waldo Servián Riquelme, quien ayer se entregó.

Fue el peor momento que le tocó vivir como mamá, hasta ahora no puede entender qué fue lo que pasó para ensañarse de esa manera en contra de su hija, la madre de sus hijos. “No me explico, por eso quiero tenerle en frente, que me mire a la cara y me explique ¿por qué mató a mi hija? Si siempre que ellos tenían algún problema me llamaba y me contaba, de esa manera yo abogaba por él, cuando la situación se podía solucionar hablando”, indicó la doña. Entre lágrimas se pregunta por qué no la llamó esta vez y actuó de esa manera tan cobarde. “Me hubiera pedido que vaya a buscar a mi hija, si las cosas ya no estaban bien entre ellos, fui yo la que siempre lo defendía, era como un hijo para mí, aún sigo sin poder entender”, enfatizó.

Obviamente no podía faltar la pregunta de si alguna vez podrá perdonarlo, a lo que ña Lucía respondió: “Como cristiana que soy le compadezco por todo lo que le va tocar vivir, pero como madre no podré perdonarlo, me arrebató a mi hija de la peor manera”.

En horas de la mañana de ayer Servián Riquelme fue hasta la Defensoría del Pueblo de Encarnación, se entregó a las autoridades, un agente policial que se encontraba en el sitio procedió a su identificación, fue detenido y derivado hasta la Comisaría 1ª de Encarnación.

No le salió su plan para ocultar el cuerpo ndaje

La señora Lucía viajó hasta la Argentina, fue hasta el sitio en donde mataron a su hija y fue así que se enteró de algunos detalles de lo sucedido en la noche del viernes 15 de marzo y parte de la madrugada del sábado 16.

“Algunos vecinos lo vieron intentando salir de la casa con una bolsa de basura en donde le tenía descuartizada a mi hija y llevarla hasta un contenedor que en la noche se vacía, pero a tempranas horas se llena de toneladas de basura, y de esa manera iba a ser casi imposible que se la encuentre”, dijo. Ña Lucía cree que se le pasó la hora o se quedó dormido luego de limpiar la casa y ya no pudo llevar la bolsa, por lo que se vio obligado a esparcir por toda la casa, a las 9 de la mañana del sábado 16 salió de la casa y se vino a Paraguay ndaje.

Los hijos ya están en el país

Después de muchos trámites, doña Lucía pudo conseguir traer a sus dos nietos al país, el mayor cumplió 12 años ayer. Según comentó la doña, la familia paterna los abandonó en un juzgado, cambiaron sus números de teléfono, dejaron sus casas en la Villa y nadie los volvió a ver después. “Mi nieto ya sabe lo que pasó con su mamá, está siendo contenido por la familia para que pueda superar toda esta tragedia”, expresó.