Carolina es una joven madre que se dedica a la venta de chipas y ayer vivió un momento estremecedor al llegar a su lugar de trabajo.

Sin lugar a dudas, el trabajo más difícil que realiza el rollo en la mañana temprano es levantarse de su cómoda cama. “Cinco minutos más” es siempre la excusa perfecta para dormir un poco más, antes de empezar a full el día laboral. En el caso de Carolina Olmedo (25), no se trató solo de una excusa para llegar más tarde al trabajo, sino que le salvó voi la vida. La joven se dedica a vender chipa en una conocida esquina de la Supercarretera, en el barrio San Sebastián de Presidente Franco, departamento de Alto Paraná.

Justito ayer había sido le entraron ganas de llegar un poco más tarde de lo normal al lugar donde tiene su puesto. “Le dije a mamá, hoy me voy a ir para las 7 porque siempre me voy a las 6:30”, he’i la chipera, quien al llegar a su lugar de trabajo se encontró con un feroz accidente en el punto exacto donde ella se instala, lo que le podía haber costado la vida de haber llegado esos cinco minutos antes. “Me asusté mucho cuando vi el auto, yo siempre camino ahí sin pensar en esas cosas, seguro fue Dios quien me salvó”, expresó la mitãkuña.

Según comentó, la zona es superpeligrosa, ya que loperro no respetan el semáforo ubicado en el lugar. “Hace dos semanas aproximadamente me coloco en el mismo lugar”, sostuvo la joven, que se dedica avei a salvar vidas, porque es ra’e bombera de la zona. “Ahora mismo no estoy activando porque estoy con permiso de maternidad”, agregó. Olmedo he’i que se sintió aliviada jey por llegar tarde a su lugar de trabajo porque se salvó del terrible accidente.

Vecinos se alegraron porque llegó más tarde a su trabajo

Después de que se escuchó el “boom” del choque, varios vecinos salieron a ver si estaba la chipera ahí. “El que vende yuyos en la esquina de la panadería se alegró luego de que haya llegado tarde hoy (por ayer)”, comentó.

Caro, como la conocen todos en la zona, he’i que el dueño del local, frente al que se coloca se despertó asustado por el fuerte sonido. “Me dijo que justo soñó que yo le estaba aplaudiendo en su casa desesperada porque quería orinar y que cuando entré en su casa, supuestamente, ya escuchó el ruido del accidente y se levantó desesperado a revisarme”, afirmó.

La joven chipera, que es madre de un niño de pocos meses, he’i que terminó su día vendiendo atyra la chipa, porque el rollo se fue a ver el feroz accidente.