La vocación de servicio lo lleva en la sangre, de niño siempre le gustó ayudar a los demás. Veía a los hombres vestido de blanco y se afirmó a sí mismo: “Algún día voy a ser enfermero”. Y así lo cumplió, Héctor Montañez hace un tiempo que defendió su tesina y ya es todo un licenciado en Enfermería y está actualmente trabajando en un puesto de salud en el barrio San Antonio de la localidad de Desmochados, en Ñeembucú.

Solo la vocación y las ganas de servir a la ciudadanía justifican todo el sacrificio que Montañez hace para llegar a su puesto de trabajo, ya que hace dos meses ya que la zona donde le toca caminar para llegar a destino está inundada. Él camina más de 2 kilómetros, unos 45 minutos al día para poder cumplir con su deber.

Para salir se remanga el pantalón, se saca los calzados y se mete al camino que se convirtió en un río. “El uniforme ya dejo en la casa de mis padres que están cerca del puesto de salud donde trabajo, llego ahí primero y me cambio. Cuando vuelvo a las 5 ya empieza a oscurecer y debo traer linterna para no pisar alguna víbora en el camino”, comentó.

Al mismo tiempo mencionó que solo cobra por Consejo la suma de 900.000 guaraníes mensuales y no le alcanza para tener una vida digna. Pido por favor al Ministerio que me dé un rubro con un sueldo digno”, manifestó en comunicación con nuestro medio.

Hace visitas casa por casa a las personas damnificadas, he’i.

El joven enfermero no solo atiende en el puesto de salud del mencionado barrio, sino también se toma su tiempo para visitar a las personas damnificadas del distrito. “Lo hago por una cuestión de humanidad. Muchos por cuestión de salud misma no pueden arriesgarse y salir en medio del agua para llegar al puesto de salud. Yo les reviso, les tomo la presión y les llevo medicamentos para eso”, relató.

Héctor contó que vive en una casa ajena de “casero” con su señora, que ahora mismo está terminando el colegio. Su sueño es poder construir su propia casa y tener sus comodidades.

Inundados van al lado argentino a buscar refugio

La ciudad de Nanawa es una de las tantas afectadas por la inundaciones. Son cerca de 1.000 las familias que debieron abandonar sus casitas y muchos de ellos cruzaron hacia curepilandia para conseguir refugio.

Al respecto, el intendente de la localidad, Javier Núñez, habló con la 650 AM sobre la actual sitú por la que atraviesa la localidad y manifestó que desde el Municipio proveen de materiales y víveres a las familias damnificadas por la crecida del río. Pese a ello, existen algunas personas que han optado por cruzar al territorio argentino.

En Villa Elisa, psicólogos van a atender de noche

El Hospital de Villa Elisa quiere atender más la salud mental y por eso es que desde este jueves 30 de mayo ampliará el horario de consultas psicológicas hasta las 21:00. Los jueves y viernes estarán atendiendo hasta ese horario para dar posibilidad a los usuarios a acceder a las consultas luego del horario de trabajo.

Le dieron sus kits odontológicos a los escueleros

Un grupo de 17 niños del primer grado de la escuela “San Blas” de Ypacaraí, accedieron al programa “Salvemos el Primer Molar”, del Ministerio de Salud. Ellos recibieron días atrás materiales odontológicos para proseguir con el tratamiento. Avei se les da desayuno los viernes, día en que van al centro de salud para controles.

Brindan asistencia a damnificados en el local del R. I. 14

Un equipo de profesionales del Hospital Barrio Obrero fue a brindar asistencia médica, odontológica y apoyo psicosocial a personas damnificadas y que están albergadas en refugios de la Primera División de Infantería R. I. 14. Fue durante una actividad multisectorial emprendida por la Defensoría del Pueblo.