“Ya nos acostumbramos a su presencia”, comentó una de las vecinas de la zona. “Nunca nos hizo nada”, agregó.
“Somos sector ‘Placita uno’”, aclara un grupo de personas, al ver que el móvil del diario para frente a una humilde casita de pared terciada. Allí, a pocos metros de la entrada principal del cerro Lambaré, se ubicaron unas 23 familias (37 criaturas y más de 40 adultos), según explicó doña Carmen Fariña (65), referente del lugar.
Todos son damnificados del barrio Yuquyty, Asunción, que tuvieron que dejar sus casas por culpa de la crecida del río Paraguay. Pero entre ellos, convive alguien más. Para algunos, un “infiltrado” que causa miedo, temor. Para otros, un ser al cual ya se “acostumbraron”. Eso sí, pocos son los que se atreven a desafiar su autoridad nocturna. Prefieren hacerse los ñembotavy y simular que nada pasa.
“Este es su sitio favorito porque ya son muchos los que siempre lo ven por aquí y por la zona de la caseta principal del cerro. Ya nos acostumbramos a su presencia”, comentó doña Carmen, mientras sus vecinos asientan con la cabeza y dan fe a sus dichos. La doña hace referencia nada más y nada menos que al mismísimo ¡Luisón! “Como te dije, ya nos acostumbramos. Si está, está. Es uno más”, agregó. “Normalmente por las noches hacemos pasar la hora jugando loterías entre vecinos y fue en esos momentos lo que muchos ya lo vieron rondar y sintieron su presencia”, explicó.
“Es como una mascota más. Se hace ver cada tanto, es decir, vive entre nosotros. Baja hasta cerca de la caseta y luego se va otra vez, sube al cerro”, agregó. “El Luisón nunca nos hizo nada. Y tampoco vamos a irnos de aquí porque él está acá, como te dije si está, está, mba’e jajapóta”, finalizó.
“Somos un grupo de personas muy unido”
La presencia del ser onda jagua que supuestamente ronda por el cerro Lambaré hizo que la unidad entre los vecinos sea mucho mejor. “Aquí hay unas 37 familias y todos somos muy unidos. Nos mantenemos siempre en comunicación por si escuchamos algo raro o presentimos algo”, comentó doña Carmen.
“Somos un grupo de personas muy unido. Nos cuidamos entre todos. Hace 3 meses que tuvimos que llegar aquí lastimosamente porque nuestras casas están inundadas”, agregó. “Acá todos sabemos lo que es convivir y protegerse de todo lo que pueda pasar”, explicó.
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