Marcela afirma ser pariente del mismísimo Luisón y asegura que en la actualidad hay otro más joven que merodea por la zona donde vive.

“Yo antes no creía, mi mamá siempre me contaba y me decía, hasta que yo una vez le vi y desde ahí todo cambió”, decía Marcela Delvalle (45), una pobladora del barrio 3.º de la ciudad de Pirayú, quien asegura que su tío era el mismísimo Luisón.

Escuchar relatos de este ser mitológico es algo tradicional en la cultura paraguaya, pero que digan que era parte de la familia y que siempre estaba entre ellos, es algo que no pasa todos los días. “Él vivía solo, tenía las uñas larguísimas y era uno de los famosos médicos ñaña que hay por la zona. Mucha gente venía a pedirle que le sane”, decía doña Marcela.

Mientras juntaba sus manos para darse un poco de calor por el intenso frío que hacía, ya que ni el sol radiante ayudaba demasiado, contó que su tío aparecía cuantas veces él quería, ya que manejaba una especie de “magia” que lo ayudaba en su transformación y que siempre lo hacía cerca del cerro que se encuentra en la compañía Tuju Kua.

“Cuando la luna estaba llena también aparecía, pero recuerdo que una noche el perro lloraba desesperado y golpeaba con su cola por la puerta. Mi mamá abrió la puerta y vimos un hombre feroz con forma de perro, era gigante hasta que volvió a meterse hacia la sombra. Después escuchamos que pasó por el frente de la casa y se fue. Mi tío era, yo le llegué a ver cuando tenía 8 años”, contó Marcela.

Hoy día el supuesto Luisón ya falleció, pero siempre recuerdan a su pariente como un ser mitológico, ya que Marcela cuenta que cuando pasó a mejor vida hasta parecía que no estaba muerto. “Según la gente que se fue para prepararle, dice que parecía que no estaba muerto”, he’i la doña.

“Yo vi que tenía las uñas totalmente sucias con arena”

Marcela contó que una vez su hijo se enfermó. “Le dio medio epilepsia”, he’i, por lo que le llevó junto a su tío para que lo sanara. Cuando llegó a la casa su vecina, que era su prima y sobrina de él, le dijo: “Que pase nomás”. Ella entró, saludó en guaraní al karai. Él le dijo que entre y ella le contó lo que le pasaba a su hijo. Minutos después le empezó a rezar.

“Él estaba acostado tapado con una sábana y hacía un calor. Le conté lo que le pasó a mi hijo, y ahí vi que tenía las uñas totalmente sucias con arena. Le rezó a mi hijo y después se le cayó una feroz lombriz. Me dijo que si eso le llegaba a la cabeza le podía haber matado”, contaba la doña, quien al ver así las manos de su tío, confirmó ndaje de que era el Luisón.

Hay uno nuevo que ronda y ya es algo casi familiar

Marcela contó también que ahora hay otra vez otro Luisón en la zona, pero que es más joven que su fallecido tío. “Este es más joven, yo todavía no le vi, pero es mucho más joven y es como que si fuera algo familiar ya”, he’i la doña.

Resaltó avei que el supuesto Luisón siempre anda por ahí por los alrededores, pero sin hacer nada a nadie. “Él luego dice que es el Luisón”, terminó diciendo la doña.

FAMILIA. Marcela contó que el Luisón era el hermano de su abuela, es decir el tío de su mamá. Resaltó que nunca le hizo nada a nadie.