Rolando Mendoza es suboficial de la Agrupación Especializada. Es operador de uno de los carros hidrantes y habló de lo que siente al tener que actuar.
“Ningún trabajo es fácil”, señala el dicho. Pero sin duda hay otra vez algunos oficios que no tienen punto de comparación, más aún cuando de arriesgar la vida se trata. Rolando Mendoza (28) es suboficial de Policía y está prestando servicio en la Agrupación Especializada hace ya siete años.
Es uno de los que manejan el carro hidrante cuya función es “despejar” a la gente cuando se crea algún “tumulto”.
El poli “desnudó” su lado humano y habló de lo que siente al tener que dispersar con el agua a presión a la gente y aseguró que solo cumplen con su deber, honrando su uniforme. “Somos los malos de la película para la gente, pero realmente no somos malos como todos piensan, a nosotros también nos duele”, tiró.
“Ya me tocó cubrir muchísimas manifestaciones en estos siete años, algunas salieron bien y otras no. Tenemos nuestro lado humano también nosotros, somos de carne y hueso y sentimos. Cuando en las manifestaciones hay mujeres y niños, no querés hacer, lo primero que pienso es en mi familia, en mis hijos, pero nos debemos al uniforme, es algo que debemos hacer”, aseguró.
Agregó que ya fue víctima de todo tipo de agresiones por parte de manifestantes y también por transeúntes en la calle. “Hay muchas agresiones verbales en las manifestaciones o cuando uno sale de las manifestaciones y está volviendo a su casa uniformado. Las personas no entienden que estamos por deber y por la Constitución Nacional. Al ingresar a las filas de la Policía Nacional nosotros hicimos un juramento y es lo que estamos haciendo”, siguió el uniformado en entrevista con nuestro medio.
Haciendo su trabajo corren el riesgo de ir a la cárcel he’i
Entre las tantas manifestaciones que le tocó cubrir, una de los que más le tocó fue aquella donde se incendió el Congreso. “Esa es una cobertura que nunca olvidará. Lo ocurrido el 31 de marzo queda en mi memoria. Fue una situación difícil. Tuve compañeros que están hoy día privados de su libertad por ese servicio. No tenemos las garantías legales, corremos el riesgo de ir a la cárcel o de perder el trabajo. Allí nosotros estamos en una encrucijada”, dijo.
Agregó que entre los compañeros tratan de hacer pasar los momentos en el trabajo haciendo todo tipo de bromas entre ellos, pero a la hora de actuar lo hacen con mucha seriedad y responsabilidad.
Antes ya sirvió como sub’o en el escuadrón antidisturbios
Hace casi 10 años que Rolando Mendoza (28) ingresó a las filas policiales. Primeramente prestó servicio en varias comisarías y tres años después formó parte de la Agrupación Especializada. “En principio hacía servicios como personal antidisturbios, los fines de semana cubríamos la cancha y sí o sí tocaba cubrir alguna situación peligrosa, luego tuve el honor de manejar el carro hidrante hasta ahora”, dijo.
Explicó que es un apasionado por lo que hace y aunque su familia muchas veces le pide que se traslade a otro sitio más tranqui, él no lo hace por amor a la Agrupación. Su meta es seguir aprendiendo y trasmitir algún día lo que aprendió a otros oficiales. Ellos están reinstruidos, incluso en la parte mecánica del carro hidrante. A veces él hace de operador o de chofer.
Comentarios