Encargó unos “labios carnosos” a su cirujano sin saber que se convertiría en su pesadilla.

Después de 15 años de haber encargado unos labios carnosos a su cirujano plástico, Ruth Alcaraz sigue luchando contra sus consecuencias. Hasta ahora su lucha es complicada, porque la solución es compleja. Así nos confirmó. Por primera vez se animó a hablar del drama que le toca pasar. “Me arrepiento en el alma de haberme tocado los labios. Me dejé llevar por la corriente, hace como 15 años, cuando todas las chicas que estaban en el modelaje empezaron con esa moda de cargarse los labios y otras cirugías, como agrandarse la cola, los pechos…”, empezó contándonos.

– ¿Se deformaron tus labios, qué fue lo que te cargaron?

– A mí me hizo el trabajo un médico extranjero que ahora ya no está en el país, pero no voy a dar su nombre porque no quiero entrar en otro problema más. Él no me explicó que eso podría afectar a mi rostro, no me habló de las posibles consecuencias. En aquella época la medicina estética tampoco era avanzada, hoy día hasta con láser te hacen retoques.

– ¿Qué fue lo que te cargó?

– Antes te decían que te iban a cargar ácido ialurónico, pero en realidad te cargaban metacril. Te mentían. Eso fue lo que me hizo mi cirujano. Yo sé que les pasó lo mismo a muchas chicas. A mí ahora recién me explicaron bien todo lo que me hicieron, que me hicieron un daño terrible.

Una profesional de estética de rostro me explicó que el ácido también por dos años nomás te deja voluminosos los labios. Después eso va generando deformación, no solo de los labios, sino de la cara misma. Esa es la cirugía de antaño. A muchas mujeres les pasó lo mismo que a mí. A Ana Ríos me pasó lo mismo también. Yo tengo que operarme para que me hagan la extracción del metacril que quedó entre los tejidos, pero también es un trabajo delicado, porque eso ya no pueden separar o sacar por completo de los labios.

– ¿Buscaste solución por mucho tiempo?

– Yo sufrí mucho, hago tratamiento para que me pueda reducir el volumen, para que se note menos ese efecto de deformación que me dejó, pero es difícil. Estamos con los tratamientos, disminuyendo; no quiero llegar a la cirugía. Pero si no se puede, me voy a tener que operar para que mis labios puedan estar con una forma más armónica con el rostro afinado que tengo.

– ¿Te causó depresión esta situación?

– Depresión no, pero sí me daba mucha rabia, mucha impotencia. Me preguntaba: “¡Para qué mierda me toqué los labios!”. No estoy sola en esto, tengo más de 100 mensajes de mujeres que pasaron por la misma situación. Me escriben al privado, me preguntan y yo les respondo. “Me cargaron los labios y se me deformó”, me dicen. Tengo muchos testimonios. Muchos te cargan nomás con tal de ganar dinero y vos no sabés qué es lo que te están poniendo y cuáles son las consecuencias.

– ¿Qué recomendás a las chicas?

– Yo aconsejo que no se toquen la cara a no ser que se quieran retocar la nariz. No deseo ni al peor enemigo que pase por lo que yo pasé.