Los últimos años no han sido fáciles para el mediocampista Juan Ángel Rolón Adorno (28 años), jugador del Sportivo Limpeño, equipo que milita en la Primera B.

El atleta se lesionó hace exactamente un año en un partido “entre amigos”, se rompió la tibia y el peroné y aún no puede volver a jugar.

Haber quedado sin trabajo, estando en un club de ascenso, lo obligó a buscar un laburo que le permita mantener a su familia.

“Hace exactamente un año que me lesioné. Hoy es mi cumpleaños y hace un año para festejar jugamos un partido con los amigos, allí en una jugada desgraciada me rompí la tibia y el peroné. Fue muy duro para mí porque esto me sucedió jugando en Limpeño, un equipo de ascenso y además no fue en la cancha. Tuvimos que hacer una colecta para pagar la operación. Agradezco al club por ayudarme en la etapa de recuperación, el fisioterapeuta con el que estoy trabajando es del club”, dijo al relatar a Crónica las circunstancias en la que se lesionó.

Sin fútbol no hay plata y la vida continúa, esto lo obligó a buscar un trabajo. “Hace seis meses que estoy trabajando en un taller mecánico llamado QuesoCar, el taller es de mi hermano espiritual y mi padrino”, contó.

Comenzó sin entender nada, pero poco a poco fue aprendiendo y ahora ya quiere estudiar mecánica. “La verdad nos va muy bien, el taller tiene muchos clientes. Me gusta este trabajo, ya estoy pensando en capacitarme para seguir en este campo, aunque no pienso dejar el fútbol todavía”, he’i. Pero este no es su primer trabajo, también fue funcionario municipal.

“Hoy es mi cumpleaños y hace un año para festejar jugamos un partido con los amigos, allí en una jugada desgraciada me rompí la tibia y el peroné”

“Hace seis meses que estoy trabajando en un taller mecánico llamado QuesoCar, el taller es de mi hermano espiritual y mi padrino”

JUAN ÁNGEL ROLÓN, Futbolista

A los 16 años estuvo cerca de ir al fútbol italiano

Juan Ángel Rolón comenzó a jugar al fútbol en la Escuela de Fútbol “San Jorge” de Mariano Roque Alonso, la ciudad donde nació. Luego pasó a la Escuela de Fútbol de Cerro Corá de Campo Grande. Las inferiores los hizo en Olimpia, donde llegó a jugar hasta la categoría Reserva. Estando en la Sub 16 estuvo a punto de ir al Empoli de Italia, pero su papá no aceptó los términos del contrato.

“En ese tiempo las inferiores de Olimpia estaba gerenciado y estuve cerca de ir a Italia, pero mi papá no aceptó”, señaló.

“Mi familia es mi sostén”

Hace un año que no juega, hace un año que no cobra. Juan reveló que pudo aguantar todo el proceso de recuperación solo porque tuvo y sigue teniendo el apoyo de su familia.

“Yo vivo con mi novia, ella me apoyó en todo. También cuento con el apoyo de mis padres, ellos siempre estuvieron conmigo, Francisco Rolón y María Rosa Adorno. Les estoy muy agradecido. Mi familia es mi sostén, son ellos los que siempre están en los momentos más difíciles”, dijo el atleta. Después añadió, “todavía no tengo hijos”.

Jugó con Raúl Cáceres, Luis Nery Caballero y Mario Ovando

La mayoría de los niños que comienzan en las escuelas de fútbol sueñan con jugar en los clubes grandes y llegar a Primera División. Juan Ángel Rolón Adorno también tuvo ese sueño, estuvo 4 años en Olimpia; llegó hasta la categoría Reserva pero no pudo debutar en la división de honor con la casaca del Decano.

En los años que estuvo en el elenco de Para Uno compartió con Raúl Cáceres, Aldo Quiñónez, Luis Nery Caballero y Mario Ovando, entre otros. “Ellos fueron mis compañeros en Olimpia, todos son muy buenos jugadores. Ellos llegaron a Primera División, yo no pude”, recordó.

“Tengo hambre de fútbol, quiero seguir jugando por un tiempo”

El mediocampista trabajó seis años en la Municipalidad de Mariano Roque Alonso, fue chofer del concejal Julio Vega, pero pese a ser nombrado le rajaron. “Yo era nombrado, pero igual me sacaron. En ese momento recibí una plata que necesitaba, por eso acepté todo”, contó.

En cuanto a su vuelta al fútbol fue muy claro, “no voy a negar que cuando volvés de una lesión es muy difícil, uno tiene un poco de miedo, pero tengo hambre de fútbol, quiero seguir jugando por un tiempo”, afirmó.

Juan no pierde la esperanza de jugar alguna vez en Primera División, él cree que a sus 28 años nada es imposible.