En los viajes que realizamos por nuestro país, sí o sí pasamos por algún peaje, que implica esperar el turno y, por supuesto, soltar plata para seguir el viaje.

Encontrar con algo o alguien que llame la atención en medio de la rutina de este lugar es algo que muy pocos esperarían, ya que muchas veces el único sueño es poder llegar a destino. Sin embargo, en el peaje ubicado en medio de Luque y San Bernardino, se encuentra un personaje que alegra la entrada y salida de los conductores en estas ciudades.

Se trata de “Firulais Paredes”, un perro que llegó de la nada hasta el lugar, en donde los funcionarios lo adoptaron como “uno más”. “Es un cachorro que vivía en una casa que está a metros del peaje, los dueños se mudaron y lo dejaron abandonado y un día vino llegando al peaje”, he’i Sandra Paredes, la jefa del citado peaje. Con un pequeño ladrido, este peajero saluda a todas las personas que pasan a diario por este lugar, para irse a sus trabajos. “Todos los contribuyentes le conocen a ‘Firulais’, él es un perro muy especial para nosotros porque es nuestro compañero, amanece con el cajero de turno, no se mueve”, he’i la capa.

Sandra asegura que hace más de un año que este perro llegó hasta la institución, en donde llena de alegría a todos los funcionarios y todos los que pasan por ahí. Agregó que por el pasar del tiempo, y por lo famoso que se volvió el perro peajero, muchos contribuyentes hasta ya le traen bolsas de purina, para que pueda alimentarse.

“‘Firulais’ es el alma del peaje, sin él no tendría vida”, le bajó

Esta mascota, según contó Sandra, se volvió muy querida por todos los contribuyentes, ya que siempre recibe a todos con un pequeño ladrido, señal de saludo. “‘Firulais’ es el alma del peaje, sin él este peaje no tendría vida, tanto para nosotros como para los contribuyentes”, indicó la mujer.
Agregó que los funcionarios están tan acostumbrados a su presencia, que lo primero que realizan cuando llegan hasta su lugar de trabajo es buscar y saludar al gran “Firulais”.

Educa a full a los motocas “ñemboloco”

Además de convertirse en el alma y mascota del peaje, el jagua’i realiza también una labor muy importante dentro y fuera de la estación. “‘Firulais’ es muy inteligente, él les educa a los motociclistas, hace un trabajo que no todos quieren hacer”, he’i la capa y explicó que cuando ve un motoca acercarse a toda bala a la estación, ya le recibe con sus ladridos fuertes, para que baje la velocidad. Aseguró que hace lo mismo con los automovilistas que se pasan de la raya cuando aprietan el acelerador.

FALTA VACUNAS
La funcionaria contó avei que el problema que tienen con “Firulais” es que no quiere subirse al auto para irse a las consultas por lo que pide a las personas que acerquen vacunas hasta la estación. “Él camina mucho, es un perro fit”, contó Sandra.