A pesar de lo duro que fue comenzar todo de nuevo, la familia agradece hoy una mejor calidad de vida.

A casi dos años de que las casas del barrio San Francisco fueron entregadas por el Gobierno a sus respectivos dueños, las familias de la zona contaron a Crónica cómo es su día a día y hablaron sobre los cambios que se dieron luego de mudarse a vivir allí.

Alejandra Zorrilla, una de las beneficiadas es madre de 4 hijos, uno mayor y 3 mejores. Madre soltera, vive del reciclaje y así saca adelante a sus hijos.

Zorrilla contó que aunque fue duro comenzar de cero en un lugar nuevo, en el ámbito laboral, tienen una mejor calidad de vida.

“Acá es mucho mejor, vivimos demasiado bien, ya estamos adaptados después de casi dos años, tenemos nuestro trabajito”, expresó. “Lo que más me gusta de acá es que ya no vivimos con miedo a inundarnos. Antes era así, todo el tiempo teníamos que estar pendientes de si subía o no el agua”, dijo.

“Recuerdo que ni siquiera podía tener mis cositas. El agua llegaba en un abrir y cerrar de ojos y ya mi casa estaba bajo agua. No podíamos sacar nuestras pertenencias y se destruían todo de mí. Ahora demasiado me alegro cuando tengo algo nuevo porque sé que no se va a descomponer”, siguió.

Alejandra sueña un futuro mejor para sus retoños. Contó que su hijo mayor tiene 23 años y tuvo que dejar su carrera de Derecho al mudarse ahí por quedarle muy lejos de la Facultad y no tener colectivo de noche. “Esa es la parte negativa, pero tiene ya su moto y está trabajando y probablemente el año que viene ya retoma su Facultad”, explicó.

“Quiero un futuro mejor para mis hijos, que sean alguien en la vida, que estudien y es por eso que me esfuerzo día a día”, finalizó la mujer.

Recicladores tienen su aso he’i

En el barrio San Francisco no todos son recicladores, pero un grupo que sí lo es decidió formar su asociación para poder luchar juntos por una causa: conseguir un espacio donde puedan llevar todos sus productos reciclados. “El espacio era muy reducido. Empezamos a hacer ruido de aquí para allá para que se nos pueda poner una planta de acopio de reciclaje hasta que conseguimos. Ya tenemos nuestra propia planta que todavía no está todo, pero la Itaipú nos alquiló un tinglado cerca de acá mientras”, contó Pedro Soler, miembro de la asociación.

El karai relató que son 14 miembros y salen en pareja para juntar los reciclados. “Nos repartimos lo que juntamos para que todo sea por igual”, explicó el karai.

Si hay gente que tenga materiales para reciclar, ya sea cartón, cuadernos, diarios, ere eréa pueden donarles comunicándose al (0981) 873-630.

Drogadictos también hay en el barrio

Según comentaron los vecinos de la zona no todo es color de rosa. Aunque tienen una mejor calidad de vida lo que no se acaba para nada es el tema de los drogadictos.

Según doña Alejandra muchos drogadictos hay en el lugar, que a su parecer necesitan ayuda. “No hay ningún tipo de ayuda del Ministerio de Salud. En mi zona no hay, pero un poco más adelante están los jóvenes que se drogan. Yo no les discrimino, sé que es una realidad”, dijo.

El lugar tiene su propia escuela y un hospital muy chuchi, donde atienden a los pobladores de la zona por cualquier dolencia que tengan, según manifestaron.