Dedicarse a llevar la Educación Escolar Básica a las zonas olvidadas por el Estado, es un acto real de heroísmo, uno que no se adorna con capas, sino con libros y labores hechas con verdadera vocación.

La profe Mirian Colmán Espínola comentó a Crónica un poco sobre cómo se dan los trabajos en la comunidad indígena Yakye Axa, ubicada en el Chaco paraguayo, a 70 km de la ciudad de Concepción.

“Yo vine acá a fines de febrero del 2018, cuando me llamaron un excompañero de la Facultad y el director de esta institución. Ellos me dieron la propuesta para venir a enseñar y acepté después de conocer la comunidad”, así comenzaba su relato la profe.

Pero a pesar de que los trabajos allá se den con mucha dificultad, unos 52 alumnos pueden acceder todos los días a clases de lectura, matemática y otras asignaturas básicas gracias a este esfuerzo.

“Somos solo dos docentes y llevamos plurigrados. Cuando yo llegué no había ni sillas, ni pizarras. Anteriormente teníamos solo una escuela con paredes de madera con chapas y muchos alumnos.

Pero siempre la comunidad por más humilde que sea busca mucho y colabora para comprar algunas cositas con lo poco que puede, también nos mandaron cosas desde Asunción una vez y el MEC nos trajo un aula móvil y vamos progresando”, contó.

De a poco los docentes fueron consiguiendo cosas y también se dieron a la tarea de construir dos pizarras para iniciar las enseñanzas.

Muchas trabas en cuanto a brindar oportunidades

La profe contó avei que reciben donaciones siempre. “Hay muchas trabas en el Estado para que se hagan bien los trabajos y la mayoría de las cosas con las que cuenta la pequeña institución son donaciones de gente de buen corazón.

Ellos necesitan más oportunidades en el ámbito educativo que el Estado debe priorizarles, con docentes buenos. Porque ellos son capaces.

En casi dos años que estoy mejoraron muchísimo, ahora leen. Ya es hora de que cambie su educación opáma vaerã porque son indígenas péicha péichante vaerã”, finalizó.