“Los usuarios del transporte público posiblemente están familiarizados con el modo imprudente y alocado con que muchos conductores lanzan sus unidades por la acentuada bajada de la calle General Díaz, que comienza en Juan E. O’Leary hasta llegar a Colón.
Allí, muchas líneas giran a la izquierda para continuar sus recorridos. Los choferes llevan la puerta trasera abierta, con lo cual el pasajero que va parado cerca de ella o desea bajar se expone de hecho a que algún movimiento brusco del ómnibus le haga perder el equilibrio. Es increíble que este problema, que tiene años de presentarse, no haya nunca motivado la intervención de alguna autoridad o generado algún control”, escribió el profesor José García y lo compartió en el muro de su alumna de Psicología de la Autónoma, Carmen Vázquez Almada (28), fallecida en la noche del lunes justamente en esa esquina, y a causa de la caída que sufrió de la línea 2.
“Al llegar a la esquina, el conductor giró con la rauda velocidad acostumbrada, realizando una brusca maniobra. Carmen, que seguramente esperaba para descender, perdió el equilibrio y cayó por el espacio de la puerta, que seguramente se encontraba abierta, impactando directamente sobre la vereda. La suerte le fue tan adversa que la parte de su cuerpo que recibió toda la fuerza del golpe fue la cabeza, causándole un traumatismo craneal”, siguió relatando el profesor, quien dijo que es una muerte injusta por el fallecimiento de una joven estudiante y porque se produce a causa de la irresponsabilidad de otros, que no respetan la vida y la integridad de los demás.
La calificó como una joven entusiasta y llena de proyectos, con un trecho cortísimo para recibirse de Psicóloga, y que encuentra un fin absurdo e innecesario de esta forma, sin haberlo buscado, y sin haber hecho nada para merecerlo. “Yo lo encuentro simplemente injusto y absurdo”, concluyó el profesor García.
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