“Somos conscientes que rozamos con la muerte”

POR RODRIGO VALDEZ

(rodrigo.valdez@gruponacion.com.py)

Duermen menos de lo que la mayoría se pueda imaginar. Pasan de todo. Sol, frío, lluvia. Muchas veces no están en esos momentos familiares en los que les gustaría haber participado, porque pasan gran parte de su vida trabajando. Reciben insultos de todo tipo que les lastima el corazón. Lloran, sienten. Y lo que es peor aún, son consciente de que “rozan” con la muerte día a día. Pese a todo eso, son muy pocos valorados y casi no son reconocidos por sus esfuerzos. Ellos son los electricistas linieros. Esos hombres que “trepan” a lo alto de una columna y arriesgan sus vidas para instalar y mantener los servicios eléctricos y más en estos días en que los “cortes de luz” sorprenden en cualquier momento. “Por más que haya tormenta, caigan rayos, o ya estamos durmiendo, no importa, igual tenemos que salir para solucionar los reclamos y los trabajos. A veces el barrio te reta porque no se soluciona rápido (ríe), todo eso tenemos que aguantar”, dijo Juan Lezcano (35), un joven liniero electricista de línea viva (rango superior), quien comentó a Crónica que esta profesión lo heredó de su padre. “Mi papá es liniero profesional. Y viendo cómo trabajaba mi padre, empecé desde temprano. Fui oficial, y a los 19 años recibí mi certificado de línea viva”, explicó.

Juan comentó que es personal subcontratista. Dijo que la labor del electricista liniero es poco valorada por la gente. “Al liniero prácticamente no se le respeta. A veces lo que se gana no es lo suficiente. Pero lo hacemos con amor. Muchos tal vez no dimensionan que tenemos al riesgo como compañero. Somos conscientes que rozamos con la muerte día a día. Por decirte de alguna manera, ser liniero es encontrarse con la muerte y pedirle que nos deje vivir un día más”, finalizó.

“Piensan si volveré sano y salvo”

“No sabés lo que se siente llegar a casa después de un día de trabajo y dar un beso a mis hijos y a mi señora. Sé que ellos cuando me ven salir para el trabajo se pasan pensando si volveré sano y salvo. Imaginate lo que es eso”, contó Juan. “Tengo dos hermanos que también son electricistas linieros y sé que nuestra madre ora todos los días por nosotros para que Dios nos proteja en cada labor”, confesó. “A veces me preguntan si mi hijo (varón) se va a dedicar a ser liniero también y yo respondo: “Ojalá que no”. No quiero que entre en esta profesión porque sé lo que significa y sé que es peligroso”, finalizó.

“Perdí a cuatro compañeros y amigos en diferentes trabajos”

Juan explicó que en los años que lleva de electricista liniero le tocaron momentos muy duros, como por ejemplo la muerte de 4 de sus compañeros. “Perdí a 4 compañeros-amigos en diferentes trabajos que se realizaron. La tristeza que siento es muy grande porque tengo las imágenes de ellos en mi cabeza, eso ya no se borra”, dijo. “A uno de ellos me tocó alzarlo en mis brazos para auxiliarlos, estaba todo quemado. El dolor que hasta hoy en día siento no pasa. Soy consciente de que rozamos con la muerte y hay que estar atento siempre. Eso sí, amo lo que hago y a veces duele que no nos reconozcan lo que hacemos”, finalizó.