Don Óscar obtuvo una de las mejores calificaciones y fue reconocido por la institución.

Por Rodrigo Valdez (rodrigo.valdez@gruponacion.com.py)

Los primeros meses de vida de Oscarcito (18) -cuando aún no nacía y se paseaba por el mundo dentro de la panza de su mamá- el chico los pasó rodeado de libros, estudiantes y atendiendo exámenes. Es que su padre, don Óscar Bobadilla (55), a quien su señora esposa lo acompañaba siempre, fue docente en una escuela en aquel entonces. Oscarcito creció y cuando le tocó decidir qué carrera estudiar en la Universidad se inclinó por la de Derecho.

“Quiero ser un gran abogado”, fueron las palabras que le dijo a su padre, quien no dudó en demostrarle todo su apoyo. Es más, don Óscar lo acompañaría todos los días al Curso Preparatorio Semestralizado en la Facultad de Derecho de la Una, filial Caacupé. Y lo haría por una razón muy especial: “Voy a ser tu compañero”, le dijo a su hijo.

“Siempre quise ser abogado, es una asignatura pendiente que tengo y me animé”, confesó. Y sí, aquellos momentos en que padre e hijo se pasaron rodeados de libros se volverían a repetir. Pero esta vez en otra faceta, como compañeros de Facultad.

“Nunca pensé en compartir el mismo salón de clases con mi hijo. Pero hacerlo es lo mejor y me llena de orgullo”, contó a Crónica don Óscar.

Padre e hijo comenzaron a estudiar día, noche y madrugada para superar el curso e ingresar a la Facultad. Y lo lograron. El plus se lo llevó don Óscar, quien fue uno de los que obtuvieron mejor calificación durante el semestre probatorio y ¡fue reconocido por la institución! “Ingresé entre los 10 mejores con mucho esfuerzo y eso me da fuerzas. Sé que lo lograré y junto con mi hijo egresaremos”, añadió.

A la par que estudia es director en una escuela en Caacupé avei

Don Óscar vive con su esposa y sus tres hijos en Caacupé. Es director en la Escuela N.º 254 “Profesora Herminia Machado de Isnardi”, de la citada ciudad. Contó que también su hijo mayor cursa el 4to. año de la carrera de Derecho.

“Con mi hijo mayor fui varias veces a la Facultad como oyente y siempre me hacía la pregunta que si algún día estudiaría y ahora me animé”, dijo. Confesó que dar ese paso para volver a estudiar a su edad le costó, pero tuvo el apoyo de toda su familia.

“Tengo un primo, Dionicio Ledezma, quien se recibió de abogado a los 58 años y él fue el que más me impulsó para estudiar. Me apoyó bastante con los libros, y por sobre todo anímica y espiritualmente”, explicó. “También mis compañeros me apoyan y ayudan un montón”, dijo.

“Mi hijo es muy bueno y tiene un gran futuro”

“Siempre me gustó la carrera de Derecho. Cuando era más joven quería estudiar, pero no pude. En aquel entonces no teníamos la Universidad acá en Caacupé y era muy complicado trasladarse hasta la capital”, añadió.

“Gracias a Dios ahora estoy en camino de cumplir un sueño. Es una experiencia única: nunca pensé pasar por esto. Para mí, a esta edad estar con mi hijo en clases me llena de orgullo. Mi hijo es muy bueno y tiene un gran futuro”, dijo.

“Estudiamos juntos, presentamos los trabajos juntos, es lo mejor que puedo hacer”, añadió. “Hay veces que uno quiere tirar la toalla, en ese momento es que aparece mi familia con todo el apoyo. Mi señora es jubilada y está feliz conmigo. Me ayuda bastante y le estoy muy agradecido”, finalizó.