Hace diez años un trágico suceso marcó un antes y un después en la vida de Silvana Villalba (32). El alquiler donde vivía en ese momento ardió en llamas con ella adentro. Aunque ella intentó salir, no pudo debido a que inhaló tanto humo que hizo que se desvaneciera. Afortunadamente vecinos “pillaron” lo que pasaba y la sacaron minutos después. Ese suceso casi le cuesta la vida. De hecho, los médicos le daban solo el 10% de probabilidades de vida. Algunos médicos ni si quiera podían explicar cómo se pudo recuperar, simplemente hablaban de un milagro.

Las secuelas que quedaron luego del trágico momento fueron muy grandes. Se quemó gran parte de la cara, cuello, pecho, espalda y brazos. Para poder recuperarse ya superó innumerables cirugías reconstructivas. Hoy todos los días agradece a Dios por un día más de vida.

“Fue hace diez años, vivía con un novio en ese momento. Él viajo y yo me quedé ese fin de semana a estudiar. Llegué de una fiesta y me dormí. Me despierta el ruido de la quemazón y que no podía respirar. Intenté salir por varios lugares pero no podía (los pasadores de las puertas se quedaron duros) hasta que me desmayé”, empezó relatando.

Profesionales del Centro del Quemado fueron quienes la trataron y no daban esperanza. “Yo había entrado en coma y al despertar hice tres paros cardiacos. Y yo recuerdo que mientras me reanimaban yo soñé con una habitación blanca, todo era blanco, un blanco que nunca vi en mi vida. Vi que estaba en camilla, empiezo a sentirme mal y digo mier… me estoy muriendo. Mire hacia la puerta para ver si alguien pasaba para ayudarme, y ahí veo una luz, un túnel totalmente blanco con una luz bien brillante”, recordó.

Lirian aprendió a “amar” sus cicatrices

Lirian Paredez (37), al igual que Silvana pasó por un siniestro que marcó completamente su vida avei, pero lo de ella fue hace 6 meses nomás. Un accidente automovilístico sobre la Transchaco, en el km 85, marcó su vida y dejó cicatrices profundas de las que ella se volvió “amiga”.

En el accidente ella salió despedida del vehículo en el que iba y desafortunadamente el automóvil cayó encima de ella. “Los hierros que están debajo del vehículo estaban muy calientes y me quemaron el mentón, los labios y otras partes del cuerpo”, dijo.

Lirian contó que con el Hospital del Quemado ellos llevan a cabo reuniones de autoayuda con personas que quedaron marcadas con cicatrices. “Queremos que todas las personas que pasaron por lo mismo aprendan a amar sus cicatrices y por sobre todo que la gente que no pasa por lo mismo aprenda a amar su cuerpo así tal cual es”, expresó.

Su pulmón sanó por un milagro he’i

Pasaron tres meses y Silvana ya volvía a trabajar y siempre se iba a sus controles. Cuando llegó al Centro del Quemado le habían diagnosticado el 90% del pulmón quemado y el neumólogo le dijo que el mismo ya no se podría regenerar y quedaría como el órgano de una anciana de 80 años.

“Le llevé al doctor los estudios que me hice y miró y por su expresión pensé que era algo muy malo lo que veía, pero me hizo repetir el estudio. Cuando vio de vuelta tiró el estudio de sorprendido que estaba y me dijo ‘médicamente esto no debía ser así pero tenés 100% del pulmón regenerando’”.

Tras pasar por esta dura prueba, Silvana hoy está feliz, casada y tiene un bebé de 3 meses de edad.