Silverio Moral contó a Crónica lo que se maneja sobre la simpática denominación de esta elevación de la naturaleza. “Da esa sensación”, le bajó el capo.

A lo largo y ancho del país nos encontramos con muchas elevaciones de tierra que en ocasiones en medio de su gran altura guardan historias misteriosas y hasta algunas veces simpáticas. Recorriendo el departamento de Caaguazú, a unos 164 kilómetros de la ciudad capitalina, en el distrito de Carayaó existe un cerro que llama bastante la atención por su singular denominación, la cual no se debe justamente a una persona o un ser, sino a la “experiencia” de todos los que lo suben.

“Según me contaron todos los que viven allí, tiene ese nombre porque anteriormente el camino para subir a este cerro era muy feo a causa de las lluvias y piedras, y cuando se suben hasta la cima les da esa sensación”, comentó entre risas a Crónica don Silverio Moral, quien ya tuvo el gusto de conocer el cerro bautizado como “Tevi Pirî”.

Esta elevación, que tiene un nombre más que kachiãi, se encuentra ubicada exactamente en la compañía Arroyo Norte, en donde hoy en día se convirtió en todo un atractivo turístico.

Don Silverio comentó que luego de varios años de ser llamado así, ya se quedó con ese nombre, ya que tampoco los lugareños se opusieron a que sea así. Asegura que tanto turistas como los que viven en ciudades y compañías vecinas a diario llegan para conocer este lugar, que ya se volvió hasta motivo de chistes y más. “Es muy simpático el nombre y cuando yo me enteré me reí mucho, pero aparte de eso es un lugar muy lindo, yo considero que muchas más personas tienen que darse la oportunidad de conocer este cerro”, afirmó avei el capo.

Anécdota: tatácho querían escalar, pero se vinieron abajo

Son muchas las personas que ya disfrutaron de este lindo espacio natural, pero no todos tienen una experiencia que evoca risas siempre. Don Silverio contó que tras recorrer varios días por el lugar, uno de los pobladores se tomó el tiempo para hablarle sobre una historia que se recuerda en el barrio y que siempre lo comentan en medio de un ambiente kachiãi.

“Una vez dos amigos tuichaite ka’úre se propusieron escalar, pero solamente lograron subir unos 10 metros y no pudieron con el cerro y se cayeron hasta abajo. Terminaron con la tierra hasta en la boca”, comentó. Dijo que esta y más historias cuentan los pobladores sobre este cerro que ofrece muchas vivencias y anécdotas a todos los que lo visitan.

ESTÁ DE LUJO. Silverio comentó que si bien el cerro anteriormente era casi imposible de escalar, eso terminó, ya que hace como 4 años, las autoridades del lugar se pusieron las pilas y dejaron de lujo el camino.