Eran como uña y carne, pero de la noche a la mañana apareció otra persona y él quedó sobrando, pero no se resigna estar sin la niña que conquistó su corazón.

Nos conocimos una tarde de verano, fuimos a la casa de un socio a tomar tereré y allí la vi pasar, linda como un ángel. Pero no es solo su belleza física la que me atrajo, sino su mirada, sus gestos, y cuando empezamos a hablar su dulzura me enamoró.

Como es la vecina de mi amigo hapóre día de por medio me caía en el barrio hasta que conseguí su número, fui el tipo más feliz de la tierra por ahí. Ella se sorprendió de mi osadía, pero nunca fui maleducado y me tiró onda también.

Empecé a buscarla a la salida del colegio, hasta que le pedí para llegar por ella a su casa, fue fácil convencerla a su mamá porque nos dijo que ella prefería que yo llegue a la casa a tener que andar por la calle con su hija.

El duro era su papá, no sabíamos cómo hablarle y los tres nos pusimos a carburar, su mamá se portó rebién y ella nomás le convenció a su marido. Bueno, así empezamos. Cada fin de semana yo llegaba en su casa, chico responsable, me retiraba tipo las 10 o las 11 porque tenía que pasar una zona jodida y mi vieja cada tanto con el WhatsaApp también me controlaba la hora, por más que ya soy mayor.

Pero entiendo también la preocupación por la seguridad, pasa de todo hoy en día con los asaltos y los motochorros. Todo eso ella entendía, eso creía, había sido yo me iba y llegaba otro en su casa. Nuestra relación era perfecta, solo que ella me decía que parecíamos más amigos que otra cosa. Siempre la respeté y nunca le propuse nada fuera de lugar por más que a veces nuestras hormonas, como cualquier joven, “volaban”.

Hasta que un día me dice que le conoció a un ñorso mucho mayor que ella, que le trae helado y le compra cosas (pero ese no es el punto); en síntesis, que no sabe cómo se enamoró del otro. Ahí le pregunté en qué momento pasó si yo siempre cumplí con ella, pero no contaba con la tecnología. Se pasaba escribiendo con él las 24 horas, todos los días.

Yo por mi estudio y mi trabajo no podía entre semana. Pero, en fin, como un condenado me puse a llorar cuando me dijo para cortar, habrá sido el día más triste de toda mi vida. Le pedí por favor, le supliqué, que no me deje, que no se aleje de mí, que es el amor que yo siempre soñé. Y como nada es de color de rosa, me botó sin contemplación, solo que en el último minuto, no sé si de tanto que le pedí aceptó quedar como amigos.

Pero dentro de mi corazón yo sé que solo es una excusa para permanecer a su lado, cada día siento que mi corazón se va a partir por la mitad cuando veo sus estados con él y si está en línea ni qué decir. ¿Hice mal al ser amigo de mi ex?

“Le pregunté en qué momento pasó si yo siempre cumplí con ella, pero no contaba con la tecnología. Se pasaba escribiendo con él las 24 horas, todos los días”

JULIO, DE ZEBALLOS CUÉ, 19 AÑOS

LA RESPUESTA: DISTANCIA COMO ALIVIO

Hace falta ser maduros para ser amigos

En estos momentos lo más recomendable es tomarse un tiempo para hacer el proceso de duelo por la relación que se terminó, poner la cabeza en el “refrigerador”, como se suele decir y pensar en frío. En ese tiempo tienes que dedicarte a vos, tomar distancia hasta que te sientas lo suficientemente fortalecido para aceptar el nuevo escenario amoroso.

Si hay una madurez de ambas partes aceptando las cosas como son, muchos dicen que pueden ser amigos con la ex. En este caso, vos mismo reconocés que solo es una excusa para saber de ella. Una vez que tengan todo más claro y el mismo objetivo se puede empezar una amistad, una vez que ya no te duela verla con ese título, porque si no es así, es mejor pisar tierra porque no suele funcionar así, corrés peligro de hacerte más daño alimentando algo que ya está roto.

Procurá guardar los buenos momentos, despedirte bien y liberarte de algún rencor o resentimiento, no buscar razones ni culpables, a veces las cosas simplemente pasan sin necesidad de herir o confundirse.

Lo ideal es quedar como amigos o por lo menos mantener una buena relación con el ex, pero para eso tienen que darse una serie de circunstancias como dar vuelta la página antes de retomar el contacto y, sobre todo, un buen tiempo.