Buscar una carrera corta con salida laboral rápida era la primera opción que tenía Alice Arrúa (27) cuando su etapa estudiantil iba llegando a su fin en el 2009. Sus ganas de seguir creciendo y ser una profesional eran cada vez más. Iba a estudiar para ser química farmacéutica, pero su gran meta era poder llegar a ser psicóloga.

“Siempre tuve en la cabeza estudiar algo corto para conseguir trabajo y poder costearme yo la Facultad. En aquel entonces quería ser psicóloga, nada que ver con la carrera que ahora tengo”, contaba Alice dejando salir unas risas.

Entre idas y vueltas, ya preparando sus papeles para meterse a estudiar en la Facultad, su papá le comentó sobre un curso nuevo que se había abierto para ser técnico superior en control de tránsito aéreo, en el Instituto Nacional de Aeronáutica Civil, Ella sin darle mucha importancia al tema, ya que desconocía totalmente el ámbito, dejó pasar el asunto. El tiempo corrió y su papá volvió a decirle que vaya a probar. Ahí ella se decidió y empezó su vuelo en este novedoso campo.

“No me interesaba mucho porque se veía muy difícil, hasta que mi papá me convenció de ingresar y probar el curso, y siendo un instituto nacional el costo era bajo, casi gratis”, decía Alice. Contó que las materias eran totalmente desconocidas para ella ya que en las casas de estudios del país no dan ese tipo de disciplinas. Desde entonces todo cambió, ella hoy forma parte de la torre de control del aeropuerto “Silvio Pettirossi”, trabajo por el cual se desvive y hasta se convirtió en una pasión para ella.

“Nunca pensé que iba a estar acá, no niego que amo mi trabajo y amo lo que hago. Por más que no es nada fácil siento que nací para esto”, terminó diciendo la mujer.

Un pequeño error y todo puede cambiar

El trabajo de Alice no es cualquier cosa, ya que en sus comunicaciones está la vida de cientos de personas que al día llegan al aeropuerto entre vuelo y vuelo. Resaltó que un error puede cambiar todo y la comunicación constante con los pilotos es algo fundamental para que el trabajo sea todo un éxito.

“Un error puede cambiar todo. Estamos en comunicación con los pilotos ya que con ellos coordinamos los vuelos entre una aeronave con otra. Así logramos que el tráfico aéreo sea fluido”, decía Alice, quien trabaja a más de 60 metros de altura, en la torre de control.

ROTATIVA. El horario que cumplen es de 6 horas, pero en algunas oportunidades pueden llegar a trabajar un día entero.

HOMBRES. Asegura que antes esta profesión era casi exclusiva de hombres, pero que ahora hay varias mujeres trabajando.

Doña ayudó a polis con comida y agua en Barrio Obrero

El sábado, Barrio Obrero estuvo copado por miles de hinchas. Esto fue motivo para que centenares de polis vayan a prestar servicio en el lugar. Una doña, cuya identidad se desconoce, se hizo viral en las redes, ya que la misma le dio comida y agua a los uniformados. “Gracias mamá guasu”, decía el post que se viralizó.

¡Son unos capos!: voluntarios limpian el arroyo Antequera

La organización “Amigos de la Bahía de Asunción” empezó a limpiar el arroyo Antequera, que según estadísticas es uno de los tres más importantes de la Bahía, y el que más basura tiene. El arroyo está ubicado al lado opuesto de la Bahía de Asunción y los voluntarios se juntaron para retirar todos los residuos.

Halo solar deja a la gente con la boca abierta de sorpresa

Un halo solar sorprendió al rollo en el cielo paraguayo ya que se formó un hermoso anillo de arcoíris que pudo ser observado a simple vista por miles de personas que retrataron el momento y lo hicieron viral en las redes. El halo es un efecto óptico en forma de disco alrededor del sol o la luna, que no es muy frecuente.