“Todos los caminos conducen a Roma”, dice un conocido refrán romano y era porque literalmente todo el sistema de caminos romanos (más de 400 vías) terminaban en Roma.

Esta oración fue bastante bien captada por Camila Rojas (22) para aplicarla a su realidad. Camila es una joven estudiante de la carrera de Ingeniería Agronómica en la Universidad Nacional, filial de Caazapá y utilizó todos los medios posibles para terminar su tesis.

Hace cinco años que Camila viene batallando a full para ser una gran ingeniera agrónoma. No fue nada fácil todo ese proceso. A pesar de que tiene el apoyo de sus padres tuvo que sortear muchas dificultades económicas. Y como siempre se dice cuando más cerca está la meta, más difícil el camino. Y es lo que pasó.

Para recibirse Camila debe defender una tesis que no resulta nada barata. Justo su mamá tuvo problemas de salud este año y ya no pudieron ayudarla mucho con el costo de la mencionada investigación científica. Ahí es donde Camila decide utilizar a su favor su pasión por los cactus y empezó a venderlos.

“Desde chiquita soy apasionada de los cactus. Lo heredé de mi mamá y en el Día de la Amistad decidí empezar a vender porque necesitaba juntar la plata. Yo tenía muchísimos (cactus) que se habían reproducido en mi casa. Fue todo por redes, empecé a ofrecer las tunitas y fue todo un éxito. En julio y agosto no dormía por preparar los cactus y hasta ahora sigo vendiendo. Estoy muy agradecida con la gente”, relató.

FAMILIA. Camila es de Dr. Juan Eulogio Estigarribia (Caaguazú), pero estudia en la filial de Caazapá. Tiene dos hermanas, una de 20 años que estudia la misma carrera, está en el 3er año y la menor de 13 años, y sus padres son docentes.

Le costó 7 millones en total hacer su tesis y ya está todo

Camila tuvo un gasto aproximado de 7 millones en su proyecto y con la venta de las tunitas logró juntar 5 millones de guaraníes.

“El resto pagué de una beca que me da la Secretaría de la Juventud para mi estudio y un poco pusieron mis padres”, relató. Como el tema de su tesis es “Inclusión de afrecho de arroz en las raciones de pollos parrilleros”, tuvo que mandar a hacer un galpón y comprar 100 pollos. “Mi papá hizo el galpón para abaratar los costos y la evaluadora vino a ver”, relató.

Su tesis ya está con el “ok” para poder defender nomás ya en diciembre y el siguiente paso sería conseguir laburo en alguna empresa.