La cantante Susana Zaldívar cumplió un sueño muy especial que tenía y asegura haber sentido un pirî de punta a punta
Alrededor de 1.500.000 personas se movilizaron el último finde hasta Caacupé, empujadas por su devoción a la Virgencita Azul.
La cantante ex-Rojo, Susana Zaldívar, quien hasta hace muy poco tiempo estuvo trabajando con su arte en Japón, regresó a Paraguay e inmediatamente se puso a las órdenes de la Virgencita para la serenata que se realizó el sábado pasado. La artista tiene una historia muy especial con la Virgen y en entrevista nos habló de ello.
– ¿Qué se siente cantarle a la Virgen?
– Es una emoción inexplicable, un pirî que estuvo en todo momento y atajar las lágrimas se hacía difícil. Soñaba con cantarle a la Virgen en su serenata a Caacupé y este año se me cumplió.
– ¿Fue tu primera vez?
– Fue la primera vez en la serenata, me invitó Maziela Gaona, que estuvo a cargo de las dos noches hermosas de serenata a la Virgen.
– ¿Sos muy creyente en ella?
– Sí. Siempre le rezo y le agradezco por la vida y por tanto aguante. Ella es mi fiel amiga, mi compinche, de verdad es una genia (risas).
– ¿Tenés alguna historia peculiar con ella?
– Así es. Desde el 2014 tuve un encuentro más cercano con ella, Maraleiza (del grupo las Paraguayas de Caacupé), cuando estábamos en “Pequeños Gigantes”, me obsequió una Virgencita y me dijo que le pida lo que quiera, que ella me iba a cumplir. Desde ese año me pasan cosas hermosas, sobre todo en la música, me siento una hija mimada.
– ¿Es cierto que llevas siempre a tus shows una imagen?
– Sí, como dije, ella es mi fiel compañera, me acompaña a todos lados y hasta la suelo colocar en el escenario conmigo en una esquina para que cante conmigo. En la serenata me acompañó y cuando relaté mi historia a los peregrinos me pasaron mi Virgencita. Todo el público le aplaudió.
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