Don Pedro Brítez es quinielero y cuenta que muchos le bromean porque del trabajo directo va a su casa y no sale luego con loperro

Verlo sentado frente a su casa leyendo el diario un domingo porãite o simplemente tomando tereré y escuchando un poco de radio con su lapa es más que una costumbre ya para los vecinos de don Pedro Brítez (68). Eso es lo que hace en su día de descanso: disfruta de la familia y del calor hogareño.

Las salidas entre amigos, jugar vóley para después pasar al “tercer tiempo” o un encuentro karape no es que va mucho con él y no falta algún conocido o vecino que de pasada le grite entre bromas “ha upéi lorito”. Pero esto no le ofende para nada porque él luego dice: “Soy lorito óga con orgullo”.

Don Pedro es quinielero y es uno de esos más cancheros que hay en San Lorenzo. A la mañana temprano va a laburar sobre Leopardi y se retira en horas de la tarde para descansar al lado de su esposa Lourdes. “Yo me considero lorito porque no salgo de mi casa. Me quedo a pasar con la familia y soy más inteligente que los demás”, le bajó.

El karai explicó que los que “no son lorito” después del vóley le bajan a full cerveza y terminan sin plata. “Sin embargo los de mi camada nos quedamos en la casa, ahorramos plata, vivimos mejor y progresamos”, agregó.

Don Pedro contó que con sus clientes se hacen todo tipo de bromas. Al menos a quienes ya conoce hace años. “Nos tentamos con ese tema de lorito óga y esas cosas y así paso mi tiempo acá. Siempre hay que ponerle buena onda al trabajo. A mí me gusta lo que hago porque me divierto”, dijo.

Era albañil y tuvo cáncer he’i

Don Pedro hace 12 años que es quinielero, pero antes de eso se dedicaba a la construcción he’i. “Tuve que dejar porque me agarró cáncer de la piel (en la nariz) y busqué como opción la quiniela. Hoy no me arrepiento. Me siento bajo sombra, tomo tereré, me río con los clientes, me gusta mucho lo que hago”, expresó.

El cáncer le curó una médica ñana he’i. “Hice un tratamiento que me hizo desaparecer por completo. Ahora estoy bien otra vez”, contó.

Don Pedro tiene tres hijos todos ya mayores y cada uno con su familia. “A todos les sacamos adelante con mi señora”, finalizó.