Yermina Benítez es una joven paraguaya que desde muy chiquita vive en Buenos Aires, Argentina. Su madre, doña Marina, hace muchos años que viajó al país vecino con el fin de darles un mejor futuro a sus retoños. Tras la crisis del año 2001, doña Marina decidió crear “El Rancho”, en la famosa Villa 31, un negocio familiar de venta de comidas donde Yermina se especializó en la preparación de hamburguesas, según resalta el portal argentino Infobae, donde contaron su historia.

A los 17 años, Yermina dejó de trabajar con su mamá y se lanzó a laburar en la conocida cadena McDonald’s. Allí empezó como crew, luego gerenta de turno y por último gerenta de negocios. Finalmente como si la historia estuviera sacada de una película con final feliz, se convirtió prácticamente en dueña de una franquicia de la cadena. “Desde hace pocos días, enfrenta una maravillosa aventura que nunca pudo soñar: ser la dueña del primer McDonald’s que se abrió en la Villa 31. ¿Cómo pasó? Arcos Dorados, operadora de la marca en el país, puso en marcha un modelo que la convirtió en ‘franquiciada’. Es decir, en la dueña del local y también en la responsable del negocio”, indica parte de la publicación de Infobae.

Foto: Infobae

La apertura del nuevo local fue el 6 de diciembre y muchísima gente acudió a degustar las delicias que preparan. “Mi orgullo es ver a mi mamá, que la peleó siempre, tan emocionada y contenta con todo esto”, dijo a Infobae la joven empresaria.

Da trabajo a muchísimos argentinos de la Villa

Así como sus siete hermanos, la joven se crió y se “malcrió” en el barrio Padre Mugica, de la Villa 31. Los lugareños ahora mismo festejan la presencia del conocido restaurante de comidas rápidas ya que el más cercano estaba un poco alejadito ya de ellos. “Era caminar hasta microcentro o tomarse un colectivo e ir a algún otro lugar de la ciudad. Ahora los vecinos lo tienen a metros de sus casas”, relató a Infobae.

Finalmente destacó que les da trabajo a gente de la zona pues 75 de los 88 empleados son de barrio.

DATOS

FAMILIA

La emprendedora está en pareja y vive con sus dos pequeños hijos también en un edificio familiar. Todos están felices con lo que está logrando.

AJETREO

Dividir las tareas no es nada fácil, aseguró. Aunque le cuesta, “gracias a Dios” puede encargarse del negocio, ser mamá y esposa a la vez.