Con una enorme sonrisa y llena de orgullo, Raquel Benítez (15) cada vez que puede, se coloca sobre la avenida De la Victoria en Asunción para ofrecer sus lindas obras.

La vida le demostró que la lucha para ella empezaba desde muy temprano y por ello hizo su mejor esfuerzo para desarrollar su principal don: “Pintar con el corazón”.

Detrás de estos paisajes que solo denotan tranquilidad, paz, amor y hasta felicidad, se esconde una historia fuerte, que en este caso obligó a Raquel a empezar con la pintura, hace tres años, cuando su mamá y su tía pintaban. “Todo empezó después de que mi padre nos había dejado. Nos habíamos quedado con algunas deudas y mi madre entró en una depresión. Entonces mi tía le enseñó este arte para que lo utilice como método para salir de ese cuadro”, relató la joven artista a Crónica.

Raquel aseguró que la pintura lo lleva en la sangre, ya que luego de haber tirado solo algunas miradas cuando su familia pintaba, ya aprendió todo. “Un día me decidí a agarrar los pinceles de mi madre y empecé a pintar, ahí fue que me di cuenta que esto era lo mío”, expresó. Por medio de este arte, tanto ella como su madre, pudieron superar una etapa muy difícil en su vida, lo cual borraron por medio de pincelazos y con colores de vida.

“Me admiran por ser joven, me dicen que eso ya no se ve”

Si bien Raquelita se convirtió en una gran pintora, aclaró que no solo ella cuenta con ese don, ya que cuando aseguró que lo tenía en la sangre, se refería avei a sus hermanas. “Mi madre siempre nos apoyó en todo, porque mis hermanas también pintan. Cada una cumple un papel muy importante a la hora de hacer los cuadros”, afirmó. Indicó que gracias al apoyo de las personas, que se toman un minuto en su atareado viaje para comprarle sus obras, puede seguir con sus estudios. “Me siento muy bien cuando me coloco sobre la avenida con mis obras, me admiran por ser muy joven, me dicen que eso ya no se ve hoy en día. Todos siempre me felicitan por mis trabajos”, comentó feliz la artista.