INGLATERRA. Steffan Wilson y Erin Mason-George se juraron amor eterno, pero jamás pensaron que este matrimonio iba a ser más corto que patada de chancho.
Luego de dar el “sí, quiero”, los novios hicieron una gran farra donde asistieron familiares y amigos. Comida a cacharrata y ni qué decir del chupi, hasta que la novia pidió a su nuevo esposo y a algunos miembros de la familia que por favor se retiren ya a sus habitaciones, las cuales habían reservado en un hotel.
Pero el hermano del novio ya tenía un ka’u argel, y quería seguir farreando. Cuando escuchó que la novia pidió que se termine la farra, el cuñado se enojó y le dijo a su hermano que no debía luego casarse. Pero eso no fue todo, sino que avei le metió unas cachetadas a la novia, le estiró del vestido y le arrastró por las escaleras. Avei agredió a las hermanas de la novia y a la madre.
Mientras la novia lloraba, el novio se encontró entre la espada y la pared. Pero en lugar de ir con su nueva esposa, prefirió ponerse del lado de su hermano y se fue a su casa con toda su familia, dejando a su esposa sola en el hotel. “Ni siquiera estuvieron casados el tiempo suficiente para divorciarse; se fueron a una anulación”, contó un amigo de la familia. La pareja se separó después de que la novia denunciara a su cuñado a la policía.
CAMORREROS
El papá del novio chusmeó que no es la primera vez que su hijo funde una farra. Y avei el novio no es santito. Ya una vez fue acusado de intento de asesinato luego de una pelea en una disco.
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