Tarde de sorpresas en el Mundial de Clubes que se juega en la ciudad de Doha, en Qatar. Primero, porque el Monterrey de México le hizo un partidazo al Liverpool inglés que era el gran favorito. Y después, por el ¡casi moquete! entre los DDTT Jürgen Klopp de los Reds y Antonio Mohamed de los Rayados, cuando el curepa pidió amarilla para su colega y el alemán respondió sacándole la lengua y haciendo ademanes en tono burlón. ¿Resultado?: amarilla para los dos.
A más de ese momento “único”, el chute fue espectacular. En el primer tiempo las cosas ya entraron en acción al toque, cuando un pase milimétrico de Salah a Keita hizo que este último abriera el marcador con definición de lujo.
Pero Rayados, que tuvo a Celso Ortiz de titu, reaccionó hakúre y Funes Mori aprovechó un rechazo de Alisson para marcar el empate dos minutos después.
El chute no decayó en el segundo tiempo, sino todo lo contrario. La cosa se ponía cada vez más caliente, porque estaba claro que, así como en esos chutes de barrio a cerveza, el que metía ganaba.
Klopp buscaba más intensidad en ataque, dando entrada a Mané y después a Firmino. Fue justamente el jugador brasileño quien logró “matar” al equipo mexicano, cuando a los 91 minutos, Salah se coló por la derecha, perdió la pelota, pero ahí estaba Alexander-Arnold para clavar un centro que Firmino terminó convirtiendo en gol. Chau Celso.
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