Un marino que iba rumbo a su embarcación para hacerse “al río” casi al llegar a la playa vio a una pobre perrita recostada por una muralla, pero le pareció la perra más bella del mundo a Jaime Ayala. El marino le preguntó al dueño de casa si era-pa suyo el animal y recibió por respuesta que no. “Yo me iba para abordar el BMA ‘San Miguel’ un día sábado y cuando iba a llegar le vi a la perrita que estaba recostada por una muralla, allí le pregunté al dueño de casa si era suyo y me dijo que no. ‘Eraha katu’ me dijo, y la llevé upa, porque sus 4 patitas estaban todas hinchadas por culpa de los piques”, dijo Jaime a Crónica.
Contento con su nueva mascotita, le pidió ayuda a su señora para curar sus patas heridas. “Antes de llegar al barco había una planta de aromita, de donde llevé unas espinas y mi señora se encargó de sacarle todito los bichitos de sus patitas”, he’i.
Antes de abordar con la nueva “Popoye” le pidió permiso a su capitán. “Le pedí permiso al capitán para subirla a bordo, al toque me dijo que sí porque él también estaba pensando en subir una a bordo. Entonces, la bautizamos ‘Sirena’, que está feliz corriendo por la cubierta, entre la arena que sacamos del río. Ella es muy juguetona y nos hace reír muchísimo con sus travesuras”, tiró el maquinista.
“Por el momento ella todavía no tiene su libreta de navegación, algo que a nosotros nos encantaría, ya que ya es una embarcadiza más, por el momento su jerarquía es ‘piango’, ya que está aprendiendo recién los trabajos de navegación”, agregó Ayala entre risas.
BAÑO EN EL RÍO
“Sirena”, como buena hija del río, suele pegarse unos chapuzones con el maquinista, de quien no se despega ni en un momento. Es más, lo acompaña en la sala de máquinas.
COME DE TODO
La alimentación de esta “marinerita” de cuatro patas es variada, come lo que sus compañeros le invitan, aunque ho’umimi avei el balanceado, pero no es tanto de su agrado.
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