“Empecé en el 2012 . Mi amor por la música y por la samba obligaron a que lleve a un siguiente nivel el arraigo tradicional de carnaval en mi familia. Agarré mi mochila y me fui. Una familia de caacupeños que vive allá me adoptó prácticamente en Río”, nos cuenta Francisco Javier López Deggeller. En Caacupé lo conocen como “Pim”, sobrenombre que justamente tiene que ver con esa pasión por la percusión que trae de niño. Como golpeaba todo lo que hacía ruido, siendo un mitã’i, en su casa le llamaban “Pim” y quedó para siempre, prácticamente reemplazando a su verdadero nombre.

– ¿Cómo se dieron las cosas para que seas parte del carnaval de Río?

– La verdad fue un sueño de mitã’i. Siempre estuvimos involucrados en el carnaval con mi familia. Siempre fui percusionista. Llegué a ser director de batucadas, presidente, organizador del carnaval de Caacupé. Y también jurado de carnaval. Fue muy complicado acceder a un lugar dentro del carnaval con mi Escola de samba (Salgueiro). Tuve que pasar muchísimas pruebas para quedar y ser invitado siempre.

– ¿Siempre estuviste con Salgueiro?

– Siempre con mi amada y querida Salgueiro. El fanatismo se tornó pasión.

– ¿No te perdés ni un año?

– Ningún año. Para mí el año comienza en carnaval. Ojalá nunca tenga impedimento para estar cada año.

– ¿Qué implica ser parte del staff de un elenco como Salgueiro, tenés que participar de los ensayos, cuánto tiempo antes arrancan esos preparativos?

– Primero que nada, amor absoluto a nuestra escola de samba. Una responsabilidad bastante grande representar a una comunidad como Caacupé. Como invitado me dan la posibilidad de hacer ensayos a distancia. Pero sí o sí tengo que estar presente en el último. Salgueiro se prepara desde junio con la elección de los temas alegóricos y música. Ahí comienza una carrera hasta febrero.

– ¿Cuando estás en pareja, vas acompañado o vas solo?

– Cuando estoy en pareja siempre voy acompañado. No es recomendable ir solo jajaja…

– ¿Río de Janeiro es como tu segunda ciudad?

– Río se tornó una segunda casa. Estoy siendo muy malcriado en esta ciudad que realmente es maravillosa y que me da muchas satisfacciones.

– ¿Cómo se viven las previas y cómo se viven esos días de carnaval, es algo muy emotivo para quiénes están en la pista?

– La previa es desenfrenadamente increíble. Desde los preparativos hasta el día de desfile se viven momentos intensos. Muy alegres y emotivos hasta las lágrimas al pisar este teatro de sueños.

– ¿Llevás tu bandera paraguaya?

– La bandera de mi querida Caacupé y la paraguaya, siempre.

– ¿Tus amigos te piden que les lleves, que les ayudes a sacarse fotos con las garotas?

– Siempre piden fotos con las rainhas de batería y pasistas.

– ¿Tenés una réplica del Cristo de Corcovado en tu casa de Caacupé que está justamente en una zona elevada de la ciudad? ¿Qué otros detalles más relacionados a Río de Janeiro tenés o coleccionás?

– Siempre que regreso traigo conmigo algo significativo de ese viaje en especial. Algo que me haga acordar ese carnaval o ese descanso.

DOS FIESTAS OPUESTAS

– Contigo creo que se da algo muy particular, sos parte de la celebración religiosa más multitudinaria de Paraguay, que es la de la Virgen de Caacupé (con esos lanzamientos de fuegos artificiales que solés coordinar); y, por otro lado, sos parte de la mayor fiesta pagana del Brasil y tal vez del mundo, ¿cómo es para vos ser protagonista o parte de esas dos fiestas opuestas?

– Creo que se le da una óptica muy particular desde el no conocimiento específico del tema carnaval como una fiesta cultural. Soy parte de una comunidad creyente. Y también soy amante y fanático de la cultura en sus diversas manifestaciones. Y dentro de esas manifestaciones se encuentra el carnaval. El carnaval es una fiesta popular donde la democracia es fundamental. El saber popular de un pueblo que lo demuestra festejando. Religión, política y varios temas se tocan sin tapujos en el carnaval. Yo creo que la tolerancia y el respeto es el punto de equilibrio.

PERCUSIONISTA DE CUNA

– ¿Desde qué edad te interesaron los instrumentos de percusión?

– Yo soy percusionista de latas de leche y baldes, desde que tengo 5 años aproximadamente jajaja… Mi apodo “Pim” deriva de todo eso jajaja…

“YO VIVO PARA LA MÚSICA”

– ¿Estás tocando con un grupo ahora? Siendo empresario, ¿lo hacés solo por la pasión que sentís por la percusión?

– Estoy como percusionista de sesión con varias bandas. Grabando y haciendo shows también.

Como baterista estoy con un grupo de amigos con un proyecto de Latin Rock llamado “Fusca”.

La verdad el mundo de la industria musical en Paraguay va creciendo y eso me pone muy contento. Yo vivo para la música. Creo que es el motor que hace funcionar todo lo demás en mí. Y si es muy complicado cuando hay responsabilidades empresariales diferentes al mundo artístico. Pero siempre hay tiempo para lo que a uno le gusta.