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“Le pedí a Dios que sea mi cirujano”, he’i

“Le pedí a Dios que sea mi  cirujano”, he’i

Un hombre mayor fue a realizarse unos estudios médicos y le detectaron un cáncer de próstata. Él le pidió al Altísimo que lo opere ha okuerami.

“La fe mueve montañas”, he’i el famoso dicho, y eso fue exactamente lo que sucedió en la vida de un karai de 72 años, que lo vivió en carne propia. Gracias a un chequeo médico, se descubrió que el señor Calixto Rojas Martínez estaba desarrollando en su organismo un cáncer, que suele ser bastante común en el hombre, un cáncer de próstata.

“Me fui a realizarme el año pasado un chequeo médico y me salió que tenía cáncer de próstata. Entonces el doctor me dijo que me tenían que operar ya nomás porque estaba muy avanzado, en la próxima semana tenemos que operarte, me dijeron”, contó don Calixto a Crónica. El mal suele avanzar a pasos agigantados en el organismo humano. “Me dijo que no podíamos perder tiempo. Ha’e chupe que no me iba a operar porque tenía que pensar primero y hablar con alguien. Me miró el doctor como no entendiendo y allí le conté que Dios me iba a realizar una cirugía espiritual”, he’í el karai.

El hombre no profesa ninguna religión, pero cree en Dios, el Espíritu Santo y en sus ángeles guardianes ndaje. “Le pedí a Dios que sea mi cirujano para que me sane, ya que el poder de Ñandejára es infinito, le recé todos los días a él, a sus ángeles, al Espíritu Santo para buscar la sanación”. Y ese pedido de corazón tuvo un éxito rotundo en la salud de don Calixto.

ANTÍGENO MUY ALTO. El antígeno prostático específico (PSA) del paciente estaba a 18,5 nanogramos por mililitro (ng/ml) de sangre. Para los hombres el nivel debe ser por debajo de 2,5 ndaje.

Le dijo al médico que ho’úta los remedios y el pohã yuyo

El hombre tomó los remedios “botica” que le fueron recetados por los médicos y fue reforzado con la toma de varios pohã ñana que actúan sobre la próstata. “Le dije al doctor que iba a tomar los remedios, pero que también iba a tomar el remedio yuyo, a la mañanita, hervía un litro de agua con un pohã y tomaba en mi mate y lo que sobraba lo tomaba durante el día. A la noche entibiaba lo que me quedaba de remedio y tomaba como té”, dijo. La disciplina y la oración hicieron lo suyo, ya que cinco meses después, el organismo de don Calixto Rojas estaba limpio de cualquier resto de cáncer. “Me hice de nuevo la prueba ha ipotî vera la che organismo”, indicó.

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